Farruco y Faustino de despidieron del entroido bajo la lluvia en Malpica

Brais Capelán CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Ana García

La celebración no fue tan concurrida como otros años debido al mal tiempo

06 mar 2017 . Actualizado a las 13:04 h.

Tras la intensa jornada del sábado en Buño, donde los más jóvenes -y algún que otro veterano- disfrutaron hasta altas horas de la jarana propia de la celebración de la Mikaela, Malpica recogía el testigo para llorar el pasamiento de dos ilustres primos de la localidad. Farruco y Faustino estuvieron acompañados en todo momento de sus viudas y familiares.

A ellos se unieron los más valientes de la villa, pues hacía, como dijo alguno de los presentes, «una tarde de perros». El ambiente no fue el de otros años, eso está claro, pero los malpicáns que asistieron lo hicieron de principio a fin. Había ganas de despedir el entroido como se merece, aunque las personas que acudieron disfrazadas no eran, ni mucho menos, mayoría en el tumulto de asistentes que se vislumbraba en los callejones de Malpica, caracterizados por los variados estampados de los numerosos paraguas que daban sensación de abarrote.

Tuvo que ser la charanga NBA la que movilizase a las masas para evitar que la lluvia estropease por completo el último día de entroido en Malpica. La música recorrió cada calle de la villa, ante la mirada de numerosas personas que preferían contemplar la procesión de Farrucoy Faustino desde la ventana.

Tras pasar en dos ocasiones por la plaza do Cruceiro, los primos encararon la pasarela del puerto, donde tendría lugar su anunciada cremación. Entre llantos de sus viudas y sonido de viento de la charanga, el sátiro dramatismo rozó sus cotas más altas cuando uno de los curiosos personajes se precipitó de su abierto ataúd. Fue el colofón de la última jornada del entroido en Malpica. Hasta el puerto no bajaron todos los que recorrieron el pueblo junto a Faustino y Farruco, pero unos cuantos quisieron certificar la quema de las figuras, que se despidieron un año más de Malpica mirándose una a la otra a los ojos -dándose, posiblemente, un último beso- hasta dentro de un año. Hoy es lunes y el entroido ya es historia.