Puentes nuevos, pero viejas prácticas

Melissa Rodríguez, P. B. M. CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

J. M. CASAL

Los papeles anunciando fiestas se acumulan, conviven hasta años y derivan en feísmo

06 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó el verano y, con él, la multitud y diversidad de carteles de fiestas en espacios y vías públicas. Puentes y pasarelas son algunos de los lugares elegidos para pegar este tipo de publicidad aprovechando que se trata de grandes superficies con tráfico cuantioso. Hay verdaderos clásicos, como el de la salida de la AG-55 hacia Malpica, en Xoane, pero resulta un tanto preocupante (además de antiestético) que la vieja práctica haya tomado ya nuevas estructuras, como la de la pasarela de Fornelos (Baio), en la Autovía da Costa da Morte todavía sin rematar y estrenar, y donde ya se anuncian las fiestas de Soesto y Borneiro, localidades próximas. El problema radica en que no son ni una ni dos las organizaciones de fiestas las que practican esta actividad, sino muchas (y desde hace mucho tiempo), lo que acaba provocando un exceso de propaganda que afea el paisaje y confiere una pobre imagen. No resulta agradable -sobre todo para los turistas- ver letreros pegados unos por encima de otros, acumulados de meses, o papeles tirados e incluso volando por el asfalto.

Los municipios de Coristanco, Baio, Carballo o Zas, entre otros, son testigos de estas malas actuaciones. En los viaductos de sus carreteras y autovías relucen distintos colores, pasando con el transcurso del tiempo del verde o rosa fosforito al grisáceo. La plataforma más concurrida en carteles es la que se encuentra en la salida de la autopista AG-55 en dirección Malpica. Allí se pueden observar anuncios de fiestas de, al menos, diez parroquias y ayuntamientos distintos. Llama la atención que junto a los carteles que anuncian el Nordestazo 2016, aún estén los de la edición pasada. Pero esto mismo también ocurre en el puente de Montecelo (Coristanco), dónde celebraciones próximas y ya pasadas siguen compartiendo terreno.

Necesidad de espacios adaptados

El problema de los carteles pegados en espacios públicos inadecuados o no pensados para ese fin ya no es solo estético, sino que debería hacer pensar a las Administraciones locales acerca de la conveniencia de habilitar zonas específicas que pudiesen evitar este problema. Al igual que en las elecciones se va tomando la práctica de instalar unos tablones, no estarían de más espacios donde poder pegar esta publicidad, adaptados e integrados al entorno. Marquesinas, edificios y señales también sufren este problema de los carteles.