Un Santo Hadrián multitudinario afianza la llamada de las romerías

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

Miles y miles de personas abarrotaron la procesión más emblemática de Malpica

20 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Paula Blanco tiene 17 años. Acaba de subir a pie los kilómetros que separan la iglesia de San Xulián de Malpica de la ermita de Santo Hadrián. A su lado está Adrián Méndez, de 16. No son ni las diez de la mañana. Los dos han caminado desde Canduas, en Cabana. Lo hicieron el sábado y, ayer, acudieron temprano a la misa de las 07.30, la primera de la jornada. Después emprendieron el camino hacia el cabo, siguiendo a Santo Hadrián y a Santa Natalia. «É a primeira vez que viñemos andando. Unha ofrenda», dice él. Paula cree que seguirá habiendo romería muchos años: «A xente seguirá vindo, pero igual non tanto por devoción, senón por vivir a experiencia». Son dos rostros entre los miles y miles de vecinos que ayer, llegados de la comarca, acudieron a Malpica para tomar parte en su romería. Fue un centro de peregrinaciones.

-Déame unha vela...

Son las palabras, unas dos horas antes de las de Paula y Adrián, de otro joven. Se las dice a Carmiña, la responsable de Casa Puñal. El establecimiento, enfrente de la iglesia, abre solo para esta festividad. El joven aprovecha para comprar la vela en los últimos minutos de la primera misa del día, aguardando la subida en procesión hacia la ermita. «Levo aquí toda unha vida», cuenta Carmiña. Toda una vida son 45 años, pero la tienda tiene más: «Son 75 años vendiendo cera». Santo Hadrián sigue siendo «como era»: su llamada se nota sobre todo cuando empieza la novena.

-Ten chegado a cola ata alí.

Lo dice señalando hacia un lateral del local, mientras ya van saliendo las imágenes del templo, bajo un arco de rosas rojas, a hombros de ofrecidos y acompañados de devotos portadores de cintas de colores atadas a los santos. De las ventanas caen pétalos. Carmiña ha distribuido este año muchas velas de 8 y 5 kilos, aunque las más demandadas quizás sean las de uno y medio. Ello no impide que haya vendido para este Santo Hadrián cinco velas de 12 kilos, tres de 20 y una de 25, la más grande: «San Adrián -reconocida como Festa de Interese Turístico de Galicia- sigue, aunque la gente viene más repartida. Ayer [por el sábado] hubo mucha. El día propio, también». Los romeros compran exvotos (piernas, manos, cabezas...), creyentes en el poder del santo, al que le atribuyen sanación de enfermedades, tanto del ganado como de las personas.

Entre las miles de almas presentes en Malpica había caras jóvenes. Heredan la tradición y, como se hace a la Virxe da Barca, siguen peregrinando. En la carretera de Carballo a Malpica, pasadas las siete y media de la mañana, unían pasos al menos medio centenar de personas. No obstante, la romería del Santo Hadrián ha ido cambiando. Ya no se lleva el ganado vacuno al santuario para curarlo del algún mal.

Desde Suiza

Tampoco hay tantas meriendas como en su día en el entorno de la capilla, en el campo, rodeado de olor a churros y rosquillas. Recuerdan muchas más meriendas María Jesús Villar y Benigno Otero, un matrimonio de origen malpicán, pero residente en Suiza desde hace 39 años: «Agora os fillos e os netos xa os temos aló». Aprovecharon la semana de vacaciones para acudir al Santo Hadrián, cada uno portando su velón. «A ver se axuda», dice María Jesús. Ellos, en lugar de dejar las velas en la iglesia, como hacen muchos, las sostienen hasta la capilla durante toda la procesión. No son los únicos.

Seguridad

La comitivia, salvo momentos, transcurre en un silencio palpable, a tenor de todos cuantos van en ella. Estallan las bombas de palenque, pero uno es capaz de escuchar hasta el mar. Ayer hizo un día magnífico en Malpica. Cielo azul y el sol picando desde temprano. Isabel Martelo, de Ponteceso, subió hacia el cabo descalza: «É unha ofrenda». Es una devota fiel y acude desde hace muchos años: «Santo Hadrián é especial».

Un amplio dispositivo de seguridad, programado por el Concello, veló por la celebración, coordinando la subida y la bajada en procesión por la tarde, ya de regreso con las imágenes a la iglesia, donde quedarán hasta el año próximo. Las romerías en la Costa da Morte siguen siendo un reclamo y el Santo Hadrián de Malpica, una de las principales.