El incendio afectó muy directamente a la Costa da Morte porque dejó sin poder trabajar a marineros y mariscadores de Malpica y Caión. Más de medio millar de personas se presentaron como directamente perjudicados por el derrame de crudo. Todos los pescadores tuvieron que esperar durante años las indemnizaciones por el paro sufrido. De hecho, los últimos pagos coincidieron casi con los correspondientes al Prestige. De la catástrofe del Mar Egeo la Administración autonómica aprendió que es necesario agilizar los pagos, lo que aplicó en el accidente que paralizó la flota gallega durante meses.
El retraso se debió fundamentalmente porque hubo que ir a juicio, que se celebró con cuatro años de retraso, ya que comenzó en enero de 1996. Fue al año siguiente cuando comenzaron a pagarse las indemnizaciones, aunque el proceso fue muy largo.
Además hasta Carballo llegaron parte de los restos del petrolero griego que había embarrancando en punta Herminia, pero en este caso también hubo un juicio. La compañía Desguaces Lema tuvo que dejar el trabajo, que fue completado con el tiempo por otra empresa radicada en A Coruña, pero con raíces en Camelle.