Ramón Juega, el médico que hizo historia en Laxe y en Uruguay

Patricia Blanco
p. blanco CARBALLO / LA VOZ

LAXE

CONCELLO DE LAXE

Nombres para conocer | ¿Quién fue este galeno que tiene plaza y calle a ambos lados del océano Atlántico?

12 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El paso de los años es muy dado al olvido, pero no fue así, y ello da muestra de la huella que dejó, en el caso de Ramón Martín Juega Charlín (Laxe, 1845-A Coruña, 1905). Habían pasado casi dos decenios de su muerte cuando Laxe le dedicó la plaza central de la localidad —año 1924, justo se cumple un siglo, y será conmemorado el miércoles—, y desde luego muchísimos más aún cuando en 1988 Ramón Juega pasó a formar parte del nomenclátor de Tacuarembó, en Uruguay, donde el laxense desempeñó su prolija carrera como médico. En ese recuerdo póstumo incluso tantos años después, y a ambos lados del Atlántico, lo que lo hace más especial todavía, incidía ayer su tataranieto Juan Juega.

El Sindicato Médico del Uruguay sigue divulgando aún hoy la figura de Ramón. Firma un detallado documento José María Monterroso Devesa, bisnieto, con datos tomados de artículos previos en Ecos da Terra (1982) y la Revista del Instituto de Estudios Genealógicos del Uruguay (1990), y fruto de semblanzas del abogado y periodista tacuaremboense Carlos Arezo. ¿Quién fue Ramón Juega? A nivel personal, el quinto de los ocho hijos de José Dámaso Jueguen Rubianes y María Ignacia Charlín Cousillas. El cambio de apellido, de Jueguen a Juega, se produjo por motivos que se ignoran a la altura del segundo matrimonio de José, ya que había estado casado en primeras nupcias con Carmen Vales, también en Laxe, matrimonio del que resultó un hijo, Joaquín. Ese cambio no fue el primero, pues la versión original del apellido era Güeguen, común en la Bretaña francesa, «desde donde se introdujo, sin duda, por vía marítima, en la Galicia del siglo XVIII», contempla esa biografía.

Ramón Juega tenía un tío canónigo, y tal vez ello influyó para que tanto él como su hermano mayor desarrollasen carrera sacerdotal. No llegó a ordenarse Ramón, que sin salir de Compostela pasó a estudiar Medicina, entre 1867 y 1872. Ese año partió. De Tacuarembó, en el Uruguay rural, desfavorecida región, Ramón fue uno de sus primeros galenos, un adelantado, pionero, en pleno siglo XIX. Fue nombrado médico de policía. Médico rural, en un «ambiente primitivo», recoge esa biografía, y además preocupado por acciones que excedían su profesión, como el saneamiento. Altísima mortalidad infantil. A pie, a caballo, por donde ni había caminos, y en un nada tranquilizador panorama político, lo que algún susto trajo para el laxense, cuya defensa se enarboló en colectivo: El mal no alza cabeza donde asiste el doctor Juega, reza una décima del abogado Mateo F. Parisí. Ramón se acabó casando, 1876, con la lugareña Juana Isabel López Jáuregui, hija de maestros.

No solo sanitario

Tuvieron ocho hijos: María Inés (Tacuarembó, 1877-A Coruña, 1950), Juana Teresa I (Tacuarembó, 1878-Laxe, 1884), Ramón (Laxe, 1880-Madrid, 1962), José (Laxe, 1882-A Coruña, 1966), Manrique (Laxe, 1883-Laxe, 1883), Juana Teresa II (Laxe, 1885-Melide, 1979), Carmen (Laxe, 1889-A Coruña, 1966) y Luis (Tacuarembó, 1892-A Coruña, 1949). Dan estos datos clara muestra de que la familia alternó residencia entre Uruguay y Galicia. Hasta seis veces cruzó Juega el océano, en poco más de un cuarto de siglo.

Vista de la plaza Ramón Juega de Laxe
Vista de la plaza Ramón Juega de Laxe J.M. CASAL

Ramón, que ya para entonces era un «indiano», llegó a ser alcalde de Laxe, entre 1887 y 1890, un cargo que al otro lado del Atlántico le reportaría alguna otra cuartilla (Como médico, admirable; como abogado, mejor; como alcalde de su pueblo, eso sí que no sé yo...), pero desde luego también, muchos años después, el legado de su nombre a la plaza más emblemática de Laxe, rica en historia y hoy tan visitada y disfrutada por tantos, además en pleno Camiño dos Faros. A este tiempo de alcaldía de Ramón se asocian la propia construcción de la plaza, el adoquinado de calles, aceras y otras mejoras, también en saneamiento, que contribuyeron al desarrollo de Laxe. Quizás sin saberlo, pero así acabó siendo, 1898, en plena guerra de Cuba —para cuyos heridos hizo una importante donación Ramón—, fue la última vez de la familia en Tacuarembó. A partir de ahí, Galicia para siempre, pasando por la Casa dos Baños de A Coruña, con una historia que ya daría para novela. Falleció Juega de forma prematura en 1905; su esposa viviría 26 años más, y todos ellos sin olvidar «su lejana patria».

A la conmemoración del centenario de la plaza Ramón Juega que prepara el Concello de Laxe se han sumado instituciones médicas y políticas, también el Consulado de Uruguay. Más allá del acto del miércoles, del que ya se informó en este medio, se diseñó un panel y se habilitará un espacio para su vida y obra en el Museo do Mar. El legado médico de Juega pasó a la posteridad a través de su hijo Ramón, pero también de nietos, bisnietos y tataranietos activos en este oficio.