Ángel Gil, fotógrafo laxense: «Mis clientes visitan la Costa da Morte tras ver las fotos»

m. Rei / x. a. CARBALLO / LA VOZ

LAXE

Ana García

Se fue de Laxe con 3 años, pero no se olvidó de su pueblo natal y ahora expone sus fotografías en A Ventana

27 jul 2022 . Actualizado a las 10:01 h.

Ángel Gil (Laxe, 1975) es fotógrafo de arquitectura en Finlandia. Antes de llegar a ese país pasó por Reino Unido, donde se mudó con sus padres cuando tenía 3 años. Durante todo este tiempo no ha olvidado su pueblo natal y este verano expone alguna de sus fotografías en A Ventana de Laxe.

—¿Cuáles son sus primeros recuerdos en Laxe?

—Mis primeros recuerdos son de mi abuelo, que era marinero, me contaba cuentos y anécdotas del mar, de lo que pescaba... como vivía en Londres venir a Laxe era un mundo tan diferente que estos cuentos me fascinaban.

—¿Qué es lo que le cautiva de Laxe y de la Costa da Morte?

—El mar, la ribera, la pesca y los marineros, todo me parecía tan misterioso como a la vez me sonaba tan peligroso, levantarte temprano, enfrentarte a temporales... era como un mundo distinto que me estaba perdiendo. Cuando veía las olas o lo que traían a la lonja, ese contraste con la vida tranquila de escuela que tenía en Londres me parecía brutal. Y no solo eso, también me atraía porque siempre tuve interés en la naturaleza, que aquí era como si todo estuviera más vivo.

—¿Tiene algún sitio especial?

—La verdad es que tengo muchos, en Laxe buceaba mucho con mis primos en Mourelo y sacaba las primeras fotos con una cámara que podía sumergir. Otros sitios como Soesto por sus olas, me parecía ya desde pequeño una playa tan salvaje y tan increíble, y con sus olas tan gigantescas para mí. Luego en Camariñas, el faro de Cabo Vilán, que me parecía como un castillo en una montaña, un edificio en una montaña de roca que me parecía misterioso. También en Camariñas la playa de Reira, porque puedes ver el faro en la distancia y parece un cuento de hadas.

—¿Cómo optó por dedicarse a la fotografía?

—Yo desde muy pequeño les dije a mis padres que quería vivir en Laxe, pero no pudo ser. Luego por mi comunión, con 9 años, me regalaron una cámara y cada verano que iba a Laxe sacaba todas las fotos que podía en carretes, como de mi abuela cuando venía con percebes. Capturaba toda la vida de Laxe para llevarla conmigo a Londres. Después revelaba los carretes y cuando me llegaban las fotos era como seguir viviendo en Laxe desde tan lejos.

—¿Cómo está siendo la experiencia de exponer en Laxe?

—En general muy bien, el primer objetivo es compartir con otra gente algunos de los detalles que he fotografiado para inspirarles como otros artistas me han inspirado a mi, que las vean, que aprecien la Costa da Morte, que cuiden el medio ambiente...

—¿Sus fotos de A Costa da Morte, qué transmiten en Finlandia?

—En Finlandia trabajo en fotografía de arquitectura, pero muchos de mis clientes visitan la Costa da Morte tras ver las fotos, están también muy fascinados por estos lugares que son geográficamente muy distintos a Finlandia, o las mareas, que allí son muy pequeñas.

—¿Cuáles son sus referentes?

—Un fotógrafo que me inspiró mucho fue José Vidal de Laxe. También mucha inspiración ha venido de los grandes fotógrafos que he conocido a través de los estudios de diseño, fotografía y bellas artes, pero recuerdo cuando era pequeñito ir al bar y ver todas sus fotos ahí, y pensar que quizás yo también podía fotografiar Laxe y llevármelo conmigo a Londres.