La situación de la pesca limita la necesaria renovación de la flota

Cristina Viu Gomila
Cristina viu DARBALLO / LA VOZ

LAXE

Ana Garcia

Fibramar encadena un proyecto con otro para sustituir a los barcos de madera

24 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Pasa Aquí estará aún un mes en el puerto de Laxe para su puesta a punto y las pruebas de estabilidad. El patrón, Marcos Alfeirán, pretende pillar algo de la campaña de la anchoa en el Cantábrico. Falta le hace porque la inversión, que asume con otro socio, ha sido enorme. El Sazón, el actual pesquero podría ir para Agadir si llega a un acuerdo con un comprador marroquí que está interesado en este cerquero de madera. En caso contrario, la tarrafa irá para el desguace, porque para obtener el nuevo barco ha tenido que aportar el antiguo y poner 42 toneladas a mayores.

El Pasa Aquí es el tercer cerquero que se fabrica en el astillero Fibramar de Laxe, el único de la zona que construye. Va a uno por año y alterna los pesqueros con las lanchas de la séptima lista, con las que arrancó esta empresa que llevan los hermanos Daniel y Javier Carracedo. En el 2018, además del Pasa Aquí elaboraron 35 planeadoras recreativas.

El Novo Castelao, de 21 metros y de Malpica, salió en el 2016 y al año siguiente construyeron una tarrafa para Bueu. En cuanto terminen con el Pasa Aquí comenzaran dos pesqueros de unos 12 metros para África, pero ambos socios saben la necesidad de renovación de flota que hay en la Costa da Morte, con viejos cascos de madera. «Chega unha idade en que o barco pide máis cartos dos que produce», explica Daniel Carracedo.

Es lo que le pasó a Marcos Alfeirán, pero lanzarse a un nuevo barco no fue nada fácil, sobre todo porque las cuotas están haciendo muy difícil la renovación de la flota. «A xente non se atreve porque non sabe o que vai pasar, aínda que recoñecen que deberían cambiar de barco. Os armadores están moi queimados con este tema», explica Daniel Carracedo. De hecho, el Pasa Aquí lleva motor y grúas de segunda mano. Sus propietarios intentaron ahorrar en lo posible porque, ahora mismo, solo pueden ir al jurel o la boga o subir a por la anchoa con un gasto de 500 euros en gasoil, además del mantenimiento de la tripulación y el viaje por tierra para el fin de semana. A pesar de todo, siguen haciéndose barcos, pero ya no de madera. La fibra es el material preferido ahora.

Las hechuras de A Telleira, con modificaciones para hacer más cómoda la faena

Fibramar fabrica barcos clásicos de la Costa da Morte, con las formas de los que se hacían en A Telleira, el histórico astillero de Cabana que ahora solo se dedica al desguace. Los hermanos Carracedo tomaron como base el José Alberto y a partir de ahí fueron adaptando el diseño tradicional a las nuevas necesidades. «De quen aprendemos é de quen vai ao mar. Imos collendo ideas, escoitanto o que necesitan», explicó Daniel Carracedo.

Con respecto al modelo que se fabricaba en A Telleira, el Pasa Aquí, que es el más grande de los realizados en Fibramar, tiene habitaciones más amplias y cómodas para la tripulación, una sala de máquinas mayor y el pescado ya no va en cubierta, sino en la bodega, según explicó Marcos Alfeirán. Además, tiene tres grúas en lugar de las dos habituales y la popa un poco más cuadrada para facilitar el trabajo, que es lo que quieren los armadores.

Esos cambios, sin embargo, no ponen en riesgo la seguridad. Hasta el momento, el Pasa Aquí ha superado los exámenes de Capitanía Marítima, pero todavía quedan largas jornadas de puesta a punto y las pruebas para conseguir el certificado que permitirá que el barco navegue.

El cerquero llegó al mar por carretera, con un transporte especial, puesto que la nave de Fibramar se encuentra a poco más de un kilómetro de Laxe, justo al otro lado del puerto. En el traslado no hubo ningún problema. El equipo ya tiene experiencia y tampoco necesitan más espacio en sus instalaciones mientras se mantengan en el rango de los 20 metros de eslora, que es lo habitual en la zona.