«Vivíamos moito na ría, mesmo iamos andando ata o Monte Branco»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

LAXE

BASILIO BELLO

Fotos con historia | Hace medio siglo se botaba en Canduas, Cabana, una lancha de la familia Gagino. Dos curas, uno aún en activo en la parroquia, participaron el acto

18 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Foto y los protagonistas

En A Telleira, Canduas, a un paso de la zona de O Pendón. No había paseo entonces, y sí muchos astilleros en esta zona ribereña de Cabana. Elena Gagino, una de las niñas que aparece en la imagen, no recuerda quién hizo esta foto hace 50 años justos, pero cree que pudo ser Vidal, de Laxe, que entonces también hacía otras similares. Tampoco (era muy pequeña) le viene a la memoria el nombre de la lancha. Sí de la que la sustituyó, O Amodiño, que ya sería de motor, en vez de a remos. «Esta zona cambiou moito», reconoce. Por la mano del hombre y también por los temporales, que mudaron A Barra.

A la izquierda, de pie, está Jesús Gagino Ternande. Y a la derecha, con el remo, su hermano Manuel. El bote era de los dos, y lo tenían para pescar por afición. El cura que bendice es Antonio Méndez Farto, que sigue al frente de la parroquia, y el que sostiene el agua bendita es el sacerdote Fidel Fernández Bello, que llevaba un año al frente de San Cremenzo y O Allo. La mujer mayor es la madre de Antonio Méndez, y la niña en primer plano, una sobrina. La niña de pie, Elena Gagino, y detrás de ella, su hermana Chelo. Hay otra mujer tapada, y puede ser una tía de las hermanas.

La historia tras la imagen

Hay muchas cosas que han cambiado en los 50 años transcurridos desde que se tomó la foto superior: varios de sus protagonistas han muerto, la gran mayoría de los astilleros de la ribera de Canduas y Cesullas han desaparecido, e incluso la fisonomía de la ría es diferente, por el efecto de las corrientes, los temporales y la acumulación de arena.

Otras siguen igual. Por ejemplo, Antonio Méndez Farto, que tiene 90 años y es el cura más longevo en activo de la zona (coetáneo de Xosé Pumar Gándara) sigue al frente de la parroquia de Canduas (y de Borneiro). El sacerdote ocupa la parte central de la imagen, con la bendición de una lancha que se acababa de botar, ayudado por el también cura Fidel Fernández Bello, jubilado no hace mucho. Ambos han mantenido la amistad a lo largo de los años, y también la afición de pasear en lancha por la zona.

La embarcación era de dos hermanos, Jesús y Manuel Gagino Ternande. No eran marineros, sino taxistas, pero la usaban -esa y las que vendrían- para salir a pescar, con excelentes resultados, sobre todo robalizas, sollas y muxos. Con el tiempo, el mar formaría parte de su vida profesional, sobre todo a través de la empresa Mariscos Lola. Pero en esos años de finales de los 60 era una distracción. Lo explica Elena Gagino, la hija y sobrina de quienes flanquean la lancha a izquierda y derecha. Su padre trabajó, además de taxista, como barbero, y también estuvo emigrado en Suiza. En su entorno había muchos astilleros, los principales de la comarca. Alguno estaba casi al lado de su casa, y de uno de ellos salió esa embarcación. El mar formaba parte de la vida diaria. Y los uniformes. «Pola miña casa pasaban moitos curas e gardas civís», recuerda Elena, por amistades familiares.

En ese tiempo, tan niña, la zona de A Telleira era la habitual de juegos y paseos con sus hermanas. Salía de casa y ya estaba en el arenal. «Vivíamos moito na ría, mesmo iamos andando ata o Monte Blanco», justo al otro lado, y en marea baja. Hoy es imposible esa ruta a pie por la misma zona. Con los años, ha ido cambiando lo que llaman el canal, las corrientes y las profundidades. Cuando se hizo mayor, también acompañaba a su padre en otra barca a pescar, sobre todo al curricán. Y desde luego pasó muchas horas paseando, recogiendo berberechos o disfrutando sin más de uno de los lugares más pintorescos de la Costa da Morte, que ayer rememoró. Pero la marea estaba alta, y no fue posible repetir las costumbres de antaño.