El enorme peso de la burocracia

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CRÓNICA

LAXE

10 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A Teresa, una niña de Laxe extremadamente dependiente a causa de una enfermedad rara, la Consellería de Educación podría haberle puesto un taxi adaptado para ir al colegio, a razón de poco más de 30 euros diarios, pero eligió aumentar en 90 kilómetros la ruta del transporte para niños con problemas de movilidad, lo que incrementó notablemente el coste del servicio. Ahora le han quitado la prestación porque el horario ya no encaja.

La Administración, con su implacable y brutal sistema burocrático, pretende que todo el mundo, con su inmensa variedad, entre en las tipologías que tiene establecidas, sin preguntarse nunca si son las más rentables o más adecuadas. Las cosas son así porque sí.

Como ocurre con la ropa, uno tiene que tener una S, una M o una L, pero nadie es una talla perfecta. Lo mismo queda holgada la S que justa la L. La gente es así de desagradecida, no se adapta a lo que la industria en serie o la burocracia ha preparado para ella.

Así, las obras en el entorno de los colegios o en el interior de ellos no se realizan durante las vacaciones estivales, que van desde mediados de junio a mediados de septiembre, porque los plazos, las publicaciones, la reunión de mesas, la apertura de plicas...

Todo este barullo cada vez más complicado que hace que una niña deba viajar sola en un autobús que recorre media comarca para llevarla de su casa el colegio, separados solo por 2.000 metros, en lugar de hacer venir un taxi que está a 12 kilómetros y cuya existencia desconoce una Administración que lo subvenciona, es un modo de alimentar un monstruo que se come el sentido común y que parece que se ríe de los que lo alimentan.

Lo que debería ser sencillo se vuelve complicado y no se ve en ningún lado propósito de enmienda. Recuerdo una entrevista con la conselleira Ethel Vázquez de hace ya años. Decía que una de sus ventajas al ser nombrada era que había trabajado para la Administración durante mucho tiempo y conocía su funcionamiento, como si se tratase de un país extranjero, un idioma desconocido o un planeta lejano.

Pero así son las cosas, la Administración tiene sus cosas y tendrían poca importancia si no fuera por lo mucho que nos cuestan y lo demasiado que nos hacen sufrir.