Juan Cruz: «Se puede decir que paso más tiempo en el agua, que fuera»

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

LAXE

Josh Griffiths

Este joven es el claro ejemplo de que el surf significa mucho más que un deporte, un estilo de vida

12 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Cruz Alonso Pose (Buenos Aires, 1993) vive en A Coruña desde los ocho años. No obstante, que sus abuelos fueran de Laxe, le sirvió para iniciar el deporte que le cambió la vida: el surf, su pasión. Y aunque solo tiene 24 años, ya ha recorrido mucho mundo en busca de las mejores olas. Pese a ello, la playa de Soesto sigue siendo la mejor para él.

-¿Desde cuándo practica este deporte?

-Empecé a hacer bodyboard en la playa de Soesto con 12 años. Cuando visitaba a mis abuelos en Laxe, veía surfear a mi hermano mayor y me entró el gusanillo de probar. Con la tabla de surf me inicié siete años después. Me resultó bastante fácil, la verdad, porque luego de hacer body, ya leía el mar de forma diferente y lo tenía más controlado. Te cambia mucho la perspectiva de ir de pie a ir tumbado. Es como si fueras tú con la ola. De hecho, lo que más me gusta es hacer tubos, esto es, meterme de pie dentro de la ola y recorrerla toda.

ANDREA SÁNCHEZ

-¿Recuerda cómo fue su experiencia al coger la primera ola?

-La primera con la tabla de surf sí. Fue en Portugal, en un viaje con los amigos. Por aquel tiempo, yo todavía seguía practicando bodyboard, pero las olas no estaban muy bien para practicar esta modalidad y fue cuando cogí la tabla de surf. A partir de ahí, abandoné el body para siempre. Descubrí otro mundo.

-¿Dónde suele surfear?

- Me muevo mucho por la zona de Arteixo, en las playas de Balcobo y de Barrañán, pero también en Baldaio. Y cuando entran otros vientos, me desplazo a Lugo, Ferrol... Pero la playa de Soesto para mí es la mejor por la tranquilidad que me aporta. Con muy poco mar, ya tiene muchas olas y, además, no hay gente y surfeas solo, que es lo bueno que tenemos aquí en Galicia, porque en el resto del mundo surfean entre 30 y 40 personas por baño. A la playa Area Maior, de Malpica, también le tengo un cierto cariño, pues trabajé en la Pizzería Vagalume un par de veranos, y tiene algo especial.

- ¿En qué época viene a la Costa da Morte?

-En verano, sobre todo, porque en Soesto hay olas casi todos los días. Lo malo es que en esa estación está muy masificada. Malpica, en cambio, necesita más mar y viento del sur, que se suele dar en invierno. En San Juan, voy fijo a Soesto.

-¿Cómo es su día a día?

-Yo me dedico a la hostelería y ahora mismo no estoy trabajando, por lo que cada día me dedico a buscar olas mirando los partes meteorológicos. Si las hay muy lejos, incluso paso allí la noche con la furgoneta. Solemos desplazarnos un grupo de amigos, aunque de vez en cuando, a mí me gusta surfear solo. Antes de meterse al agua, hay que calentar y estirar un poco, pero yo no lo llevo muy a raja tabla. Si veo olas buenas, voy directo al agua. Pero habría que hacerlo, porque en Galicia hace mucho frío.

-¿Es usted precavido con el mar?

-La verdad es que los días de temporal los aprovechamos bastante bien, porque hay sitios en los que el mar está más protegido y te entran olas grandes, por lo que puedes surfear con tranquilidad y sin ningún peligro.

-¿Tuvo alguna mala experiencia?

-Alguna sí, por el sistema de corrientes y las olas descontroladas. Galicia es un mar muy complicado; sobre todo, la Costa da Morte. En Bens, A Coruña, tenemos una ola que se llama tóxica, ya que es muy seca y con fondo de piedra. Ahí recuerdo un baño en el que llevé un gran susto. Y en Nazaré, Portugal, otro.

«En 20 días me voy para Indonesia, y ya es el tercer año»

Riesgo, aventura y pasión son tres palabras que describen a la perfección lo que siente Juan por este deporte. Es por ello por lo que, además de buscar olas durante los 365 días del año, también planea viajes a los países asiáticos para conocer las mejores playas.

-Es usted el claro ejemplo de que el surf, más que un deporte, es un estilo de vida.

-Sin dudarlo, porque el surf, al final, conlleva reunirte con los amigos en la playa y dormir por ahí, además de practicar otros deportes que se realizan sobre tablas como el skateboard y el snowboard, que los practico cuando no hay olas. Se puede decir que paso más tiempo en el agua, que fuera. Algún día, el fútbol sala también fue una de mis pasiones, hasta que un día, por lesiones en la rodilla, me tuve que decidir por uno u otro deporte, y el surf es mi pasión de verdad.

-Es usted muy aventurero.

-En 20 días me voy para Indonesia, y ya es el tercer año que visito el país. También viajé por Francia y Portugal, pero lo que de verdad me tira es Indonesia. Además de las olas, que para mí es lo fundamental, su cultura me aporta mucho.

-¿Tiene algún objetivo por cumplir en el mundo del surf?

-Mi sueño era ir a Indonesia y ya lo cumplí. Pero es un país muy grande y todavía me faltan muchos sitios por conocer. El objetivo es recorrerlo entero. Y también ir a otros lugares como Australia y Hawái. De momento, el próximo viaje que tengo pensado hacer es a Filipinas o a Tailandia, en octubre. Pero para ello tendré que trabajar y ahorrar durante el verano.