«O do Naufraxio é para nós o día máis especial do ano»

LAXE

Ana Garcia

La misa del día 17, jornada final, está prevista para las 12.00 horas. El «Roque y Paz» será el barco encargado de llevar esta vez la imagen de la Virxe do Carme durante la procesión marítima

12 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El «15 de Laxe» se lleva gran parte de la fama en las celebraciones de agosto en esta localidad, pero mucha de ella recae también en el Naufraxio. Como cada 17 de agosto, la Virxe do Carme volverá a obrar un milagro y un mariñeiro regresará a la vida tras irse a pique su embarcación: esa es la esencia de la representación instaurada por Avelino Lema hace ya unos 55 años. El resto de tripulantes postran ante los pies de la imagen al compañero fallecido y la virgen intercede por él. Un tributo similar lo vio hacer en Perú Avelino y en Laxe ha tenido tal calado desde que él empezó a promoverlo que en este medio siglo no se ha perdido la tradición y no solo eso, sino que está reconocida como de Interese Turístico.

El 17 es la jornada en la que honran a la patrona de los marineros, por lo que tampoco faltará la procesión marítima, una vez concluido el Naufraxio, tras el oficio de la misa (12.00 horas): el Roque y Paz, de José Alfonso Mira Devesa, será el barco encargado de llevar la imagen este año. Así lo avanza el patrón mayor de la cofradía, Manuel Villar. Entre todos los anotados hubo un sorteo y el nombre resultante ha sido ese, por lo que ahora no queda más que perfilar detalles de cara a la celebración. «Para nós, o do Naufraxio é o día máis especial do ano. A festa máis grande que temos aquí. É a nosa patroa... a patroa dos mariñeiros», añade Villar. Al igual que en la pasada edición podrán tomar parte en la procesión todos aquellos barcos que pertenezcan a la cofradía y que estén dados de alta en la Seguridad Social. Calcula que, tras los oficios religiosos, el Naufraxio podría empezar a eso de las 13.00 o 13.10, con la peculiaridad de llevarse a cabo este año en la rambla situada al lado de la lonja. Parece que las mareas así lo facilitarán. A mayores de ser el último día de las celebraciones, la del 17 será una jornada para el recuerdo en Laxe.

Las gentes del mar esperan por ella todo el año, como también explicaba Víctor Mira, tesorero de la comisión, en Radio Voz Bergantiños. Emoción es una palabra que define a la perfección lo que se siente en esos instantes, cuando muchos recuerdan haber vivido la crudeza del mar. Da y quita.

Vecinos y hosteleros, apoyo capital para la parte más lúdica

Aunque son solo cinco en la comisión de fiestas de Laxe, Víctor Mira explica que para nada pueden quejarse de la colaboración de vecinos y hosteleros: «Pórtanse moi ben». Es más, sabe que a veces hasta han tenido dificultad para llegar a cubrir todo el territorio e ir casa por casa recogiendo las aportaciones de la gente, esto es, dificultad para responder a la voluntariedad de todos quienes desean dar su apoyo. «Os veciños sempre están expectantes para as celebracións e nós temos a sorte de que en Laxe estean moi dipostos. Iso de que ‘hai que dar para as festas’ está moi metido nas familias, nas familias de Laxe de toda a vida. Hai quen che para pola rúa e che di: ‘Xa teño os cartos gardados, viredes por eles’».

En la organización son conscientes del peso que tienen las celebraciones laxenses en la agenda comarcal. Es una tradición que desean conservar y por ello las preparan, si bien Víctor admite que las cosas se han ido poniendo cada vez más difíciles de un tiempo a esta parte, a nivel de requisitos burocráticos y demás. Son en cierto modo ‘trabas’, «aínda que estou seguro de que non é por capricho», dice. Después, está el tiempo que cada uno de ellos tiene que poner para sacar adelante el trabajo que dan las fiestas. Todos tienen su ocupación y ellos no dejan de ser voluntarios.