Nuevo susto para Ezequiel, del Fisterra: «No descanso, dun momento para outro quedei totalmente cego»

a. lestón CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

BASILIO BELLO

Después de lo ocurrido en A Pobra, el joven centrocampista volvió a sentirse indispuesto ante el Boiro

10 mar 2022 . Actualizado a las 20:21 h.

Hace poco más de cuatro meses, al mundo del deporte comarcal se le encogía el corazón con las noticias que llegaban desde A Pobra do Caramiñal sobre el estado de salud de Ezequiel Martínez (2001), jugador del Fisterra que se había desplomado sobre el verde y que había pasado la noche en el hospital del Barbanza. Pero todo quedó en un gran susto y el talentoso centrocampista recibió el alta en el mes de enero para volver a ayudar a los suyos, precisamente, ante el Puebla. Fue el 6 de febrero y, además de esos 20 minutos, volvió a jugar otro rato ante el Paiosaco antes de que Juan Purrúa se atreviese a alinearlo de inicio contra el Boiro, el pasado día 26. «Atopeime moi ben sobre o campo, pero durante a charla do descanso, dun momento para outro, quedei cego, non vía nada, só negro», afirma a La Voz de Galicia. La anomalía, que nunca antes había vivido, duró cinco segundos, que fueron más que suficientes para asustarse como nunca: «Esta vez si, sobre todo pola impresión de non ver nada e pola impotencia de que che volva a pasar algo así», comenta.

Poco a poco fue recuperando la visión en un vestuario que seguía pendiente a la charla de Purrúa. Los primeros en enterarse, Pablo Vigo y la fisioterapeuta, Vero, alertaron al resto del grupo que, al segundo comenzó a vivir una especie de déjà vu. «Dixéronme que o meu aspécto, pálido e coa mirada perdida, era moi parecido ao da Pobra», cuenta un Ezequiel que, debido al mareo, permaneció tumbado en la camilla hasta los últimos minutos del encuentro, cuando ya se recuperó del todo. De hecho, lo relacionaron, en principio, con un mareo debido al sobre esfuerzo hecho durante la primera parte después de todo lo que había sucedido.

Pero al informar al cardiólogo, las instrucciones fueron claras: «Da outra vez xa me avisaran de que ían poñerme un Holter subcutáneo e, tan pronto lle avisei, xa me deron cita para metelo esa mesma semana», indica. Así, le colocaron un monitor pegado al corazón que recoge la actividad de su músculo más importante y que va conectado a un mando que él debe pulsar ante cualquier anomalía de su estado de salud, sea un mareo, un dolor en el pecho, o unas arcadas. De esa forma, los médicos podrán conocer si eses malestares también se deben a un comportamiento indebido del propio músculo.

Quiere seguir con el grupo

El lunes le quitarán las grapas de la cirugía, aunque debe seguir con el aparato un tiempo indefinido, y desde entonces podrá hacer vida normal que, para él, se resume en una cosa: el fútbol. Eso sí, sabe que la situación ya no es igual a la que se daba en enero y ahora sí es más consciente de los riesgos, pero quiere seguir con el grupo lo que queda de temporada ahora que viene la parte más decisiva en busca del ascenso a Tercera RFEF: «Irei adestrar ao ritmo que me de o corpo, e para o ano xa decidirei o que fago», dice el 18 del Fisterra.