Crece la alarma en la Costa da Morte por las últimas peleas entre perros

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

BASILIO BELLO

Numerosos canes van sueltos por arenales y caminos públicos

17 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace justo una semana un perro mató a otro en la playa Mar de Fóra en Fisterra. Todos los animales implicados en el incidente iban sin correa ni bozal. A finales del agosto ocurrió un hecho semejante en un arenal cerca de Trece, en Camariñas. No son casos aislados. Muchos propietarios de perros en la Costa da Morte narran ataques o conatos, sin consecuencias tan luctuosas, y son también muchos los senderistas o paseantes que han tenido indeseados encuentros con canes amenazantes en lugares públicos, desde el Camiño dos Faros hasta el sendero del Anllóns en Carballo.

La ley que se está preparando de bienestar animal es muy clara en la defensa de los perros y prevé acciones contra los que los tienen constantemente atados, pero las ordenanzas de la mayoría de los municipios de la zona son contundentes a la hora de establecer que los perros no pueden ir sin correa en espacios en los que puedan concurrir otros animales o personas.

A pesar de eso, es fácil encontrarse con canes sueltos en cualquier paseo o playa de la zona, sobre todo al anochecer, incluso en el verano, durante la temporada de baño, cuando está prohibido el acceso a los arenales.

Precisamente, en esa época es cuando crían las píllaras, un ave que está amenazada y que tiene uno de sus reductos en Baldaio. A pesar de los carteles que recuerdan que no se puede soltar a los perros porque asustan a las madres, que abandonan los nidos, durante todo el estío se han estado viendo canes paseando libremente. En parte han sido los dueños de estos responsables de que las crías supervivientes sean ya muy pocas.

Verano

El concejal Kuka Sar, de Fisterra, reconoce que ahora no hay tanto problema en el municipio, pero que en verano tuvieron que llamar la atención a un extranjero que iba con un perro grande y agresivo suelto. De hecho, han sido bastantes las quejas de este tipo en distintos puntos, sobre todo por el poco control que los dueños ejercen sobre sus animales y las molestias o el susto que provocan a las personas. También por las peleas que en ocasiones se producen y que pueden terminar como las últimas, con los canes de menor tamaño muertos. Además de estos dos casos, ha habido otros que se han saldado con heridas de distinta consideración.

Celestino López: «El dueño le daba patadas a su propio animal para que soltara al mío, pero no sirvió de nada»

Hace ya más de un año de ese episodio, pero los sucesos recientes han vuelto a traer a la memoria de Celestino López, más conocido como Noe, la muerte de su perro en la playa de Corbeiro, en Fisterra. Su caniche llevaba puesto el bozal, pero no así el american stanffordshire, una de las razas potencialmente peligrosas que lo mató.

Ese episodio fue denunciado por la Policía Local, según explicó el concejal Xan Carlos Sar, porque el dueño del can de mayor tamaño no solo soltó a su animal sino que le quitó el bozal cuando el caniche se le acercó ladrando, facilitando el ataque. Cuando ocurrió, «el dueño le daba patadas a su propio animal para que soltara al mío, pero no sirvió de nada», explicó Celestino López, aunque en ese momento era su padre el que estaba paseando al perro.

El asunto no fue a más porque la víctima fue rápidamente enterrada y sus propietarios no se vieron con ánimo para recuperar el cuerpo como les pedían los agentes para continuar con los trámites, en los que era necesaria una autopsia. Sin embargo, no se quedó tranquilo porque «el perro que lo mató ya tenía antecedentes de ataques» y reconoció que lo había visto suelto en otras ocasiones.

Noe no ha vuelto a tener mascota. Recuerda que el ataque se produjo en invierno, cuando apenas hay gente en la playa y explica que este verano ha visto muchos canes sueltos y sin bozal, sobre todo en Mar de Fóra.

Según explicó ayer el concejal Xan Carlos Sar, el dueño del animal que atacó se enfrentó entonces a una multa que iba de los 3.000 a los 30.000 euros y que los policías actuaron de oficio entonces.

Celestino López ha tenido noticias, sobre todo a través de las redes sociales, de los últimos sucesos y se mostró poco sorprendido de lo ocurrido. Explica que la mayor parte de los fisterráns conocen qué dueños no tienen control sobre sus perros y no se muestran responsables de su tenencia.

Temor

De hecho, otras personas hicieron llegar su temor por lo que le puede ocurrir a sus mascotas si por la zona se encuentran determinados propietarios de canes con sus animales. «A maior parte da xente cando atopa outro can o que fai e atalo, por precaución, pero non sempre o fan todos», explicó el edil fisterrán Xan Carlos Sar.