Los concellos se hartan de gestionar perros sin recibir los recursos para ello

toni longueira / j. v. lado CARBALLO, CEE / LA VOZ

FISTERRA

Laura Rodriguez

Las ayudas autonómicas no cubren las estancias que cuestan miles de euros al mes

22 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Coristanco acaba de suscribir un convenio con una protectora de Zas para que atienda las mascotas recogidas en todo el término municipal. En el consistorio se echaron las manos a la cabeza por los gastos que van a tener que asumir a partir de ahora. «Tivemos que pagar xa 460 euros para sacrificar a un can atropelado na Agualada. E resulta que pedimos aos técnicos 500 euros para axuda de libros para unha unitaria e dísenos que non», apuntaron en el Concello con cierta indignación, donde añadieron: «Temos catro cans na protectora, que nos custarán ao ano tanto como atender a catro veciños adscritos ao servizo de axuda no fogar na categoría de libre concorrencia. E grazas, porque outros tres cans nolos colleron en Carballo, senón habería que ir preparando outros 6.000-7.000 euros máis ao ano».

En el consistorio continúan sin entender por qué «os concellos teñen que asumir cada vez máis competencias cando os recursos son máis limitados». Y argumentaron: «Temos limitacións para empregar o remanente orzamentario, non podemos investir en cousas importantes para os veciños, pero si temos que facer fronte ao coidado dos cans e gatos abandonados. E, claro, cantos máis mascotas haxa na protectora, máis gastos temos que asumir. É todo un disparate».

Al teniente alcalde de Fisterra, Xan Carlos Sar, que ha hecho de este asunto un batalla casi personal, le «repatea» que se comparen los gastos en la gestión de animales abandonados con el coste de los servicios sociales. Dice que en Fisterra gastan «moito, moitísimo diñeiro cos cans, pero, se imos a esas, gástase máis no meu soldo e xa falo do meu non do de ninguén», afirma el edil, que cobra 22.000 euros al año, para dejar claro que el argumento económico no puede servir para dejar de cumplir una ley y abordar lo que también es una necesidad ciudadana.

Por orden judicial

«Se temos que pagar, pois hai que pagar. O que quizais deberiamos facer os concellos é poñernos firmes coa Xunta e que nos arríen a pasta. Se nos queren rebotar as competencias moi ben, encantados de facelas cumprir, pero que nos dean con que», añade Sar, que tiene ejemplos de casi toda la casuística sobre este fenómeno. Por ejemplo, ellos ahora mismo tienen en Brandomil «14 ou 15 cans», de ellos seis, de los dos han muerto, están allí por orden judicial desde hace más de un año. «Se o xuíz di que a señora [la propietaria acusada de un delito de maltrato animal] sae absolta, quen paga iso?», se pregunta, porque aunque en el Concello fueron pioneros e hicieron una buena negociación con XEA para obtener algunos descuentos, esa factura sola supera ampliamente los 2.000 euros.

Hay más, en su caso se están ocupando también de las colonias de gatos. Tienen una controlada en Sardiñeiro, otra en la zona de A Insua y actuaciones puntuales de esterilización y de otro tipo en diversos puntos. «Todo iso cústanos diñeiro», recalca el edil, quien pone el acento en el que para él es asunto crucial, el cumplimiento de las normativas por parte de todos los particulares y de todos los concellos de la zona. «Hoxe mesmo [por ayer] apareceu un can en Sardiñeiro. Tiña chip, pasámoslle o lector, chamamos ao dono e veno buscar. Non lle custou nada. Só lle demos o toque de que teña coidado que os cans non poden andar solos e iso», relata, al tiempo que recuerda también el ejemplo contrario: «Dous cans que viñeron con peregrinos. Decían que levaban con eles andando 20 ou 30 quilómetros. Poste a calcular: Dumbría, Buxantes ou por aí. Os cans non teñen chip e entonces de quen son? Do Concello de Fisterra. Ao ser o fin do Camiño, comemos os cans de Mazaricos, de Dumbría, de Cee, de Corcubión... e a Muxía pásalle algo parecido», concluye Sar, quien también asume carencias propias, porque en el registro municipal tienen censados unos 400 perros, pero está seguro de que «hai bastantes máis».

Muxía logra censar más de un millar de mascotas mediante apelación a los vecinos

La ley autonómica, como explica el agente de la Policía Local de Muxía, Manuel Blanco, que también se ha implicado mucho en este asunto, incluye subvenciones de la Xunta, que en el caso de su Concello no han obtenido aún, al igual que en Fisterra, donde se la denegaron por un retraso en el pago de tasas a Portos y la tienen recurrida. Pero el problema radica en lo que se subvenciona es la recogida, el marcado, las vacunaciones... pero no la estancia en el centro de acogida, que es lo verdaderamente caro para el Concello. De hecho, los gastos cubiertos por la ayuda autonómica, en la gran mayoría de casos los asume la persona que adopta el animal, con lo que, en realidad, a los ayuntamientos les sirve muy poco para aliviar la factura.

En el caso de estos dos concellos del final del Camino la situación es aún más grave y no tiene pinta de corregirse. «En Muxía e Fisterra o problema que temos cos cans que veñen cos peregrinos vai en aumento», afirma Blanco, que, aunque su caso tengan los deberes hechos, sufren incumplimientos ajenos. De hecho, él mismo, con el respaldo del exalcalde, Félix Porto, envió una carta a todos los vecinos conminándolos a marcar y registrar sus animales de compañía. La respuesta fue tan positiva que en estos momentos tienen censados más de 1.000. Pese a ello, el año pasado el Concello tuvo que desembolsar 6.000 euros y en lo que va de este 2019 ya han superado los 30.000. Y eso que Muxía cuenta con unas instalaciones propias bastante aceptables, pero tampoco cumplen las exigencias de la normativa y tienen que llevar los perros a XEA.

«Preferimos regalar o can, porque así nos aforramos uns 3.000 euros ao ano»

El teniente de alcalde del Concello de Zas, Óscar Lema, explicó que el ejecutivo local ya lleva tiempo cumpliendo a rajatabla la nueva ley de bienestar y cuidado animal. Y, como en Coristanco, también se quejó del elevado coste que, a su juicio, debe asumir un ayuntamiento de tamaño pequeño por cumplir esta normativa: «Levamos dous anos con este convenio subscrito. A nós cústanos cada animal recuperado en torno aos 3.000 euros ano, mentres viva e non haxa alguén que se faga cargo del. É como un aluguer do cal non sacamos ningún beneficio. Case é mellor regalalo en adopción xa listo, vacinado, co chip e desparasitado, porque así aforramos estes cartos. Agora temos cinco mascotas na protectora polo que temos que ir preparando 15.000 euros de gastos de mantemento e coidados. Pero o peor é que chegamos a ter picos de 7-9 animais na protectora».

Óscar Lema realizó una comparativa con lo que cuesta al Concello el servicio de ayuda en el hogar: «Sae máis barato atender a unha persoa na modalidade de libre concorrencia. Estamos a falar duns 2.200 euros o que ten que aportar o Concello cada ano. Se falamos dunha persoa dependente, o investimento elévase a 4.300-4.500 euros, fronte aos 3.000 de manter un can ou un gato na protectora», esgrimió el teniente de alcalde.