Recursos del mar fundamentales para la Costa da Morte muestran agotamiento

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

BASILIO BELLO

Las perspectivas en productos como longueirón, percebe, pulpo y almeja son negativas

06 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El drástico recorte de la flota de los últimos años, sobre todo en lo que a barcos de cierto porte se refiere, ha dejado el sector pesquero y marisquero de la Costa da Morte cada vez más dependiente de la flota artesanal, hasta el punto de que en la gran mayoría de puertos lo que dominan ya son las lanchas de los mariscadores y las pequeñas embarcaciones de los naseiros. De ahí que, cuando alguno de los productos primordiales, de los que viven prácticamente en exclusiva varias cofradías de la zona, flojea el declive se vuelve generalizado. Por eso existe una incertidumbre importante que amenaza con seguir llevándose por delante puestos de trabajo y, sobre todo, en convertir en meros empleos de subsistencia muchos de los que existen.

Uno de los frentes más complicados de los que hay abiertos en estos momentos es el del longueirón de Fisterra y además en una doble vertiente: la de las restricciones normativas y la del agotamiento que empiezan a mostrar algunos bancos, hasta el punto de estar cerrados o de que se puedan reducir de manera sensible los topes de captura. De hecho, el patrón mayor de la localidad, Manuel Martínez, anunció la semana pasada que quiere reunirse directamente con la consellería porque no entienden la decisión de prohibir de manera generalizada el uso de la respiración asistida para extraer el marisco. Sobre todo, porque este anuncio por parte de la Xunta para el plan de explotación del año que viene llega después de que hace solo unos meses se montase otro verdadero revuelo con la normativa del Ministerio de Fomento que, de hecho, prohibiría la apnea. De llevarse a cabo ambas, se daría la situación verdaderamente esperpéntica de que por un lado les prohibiesen una forma de trabajar y, por el otro, la única alternativa viable.

En cualquier caso, y al margen de todo eso, la gran mayoría de profesionales ya coinciden en que en muchas playas el marisco está prácticamente desaparecido y en otras aunque hay abundante cría queda muy poco de talla comercial. De ahí que urjan medidas para garantizar la continuidad de este trabajo vital para Fisterra a medio y largo plazo.

También los percebeiros temen por la inminente campaña de Navidad, especialmente en la zona de Muxía, aunque el panorama no es muy diferente en Camariñas o en la zona más emblemática, la de O Roncudo, en Corme. Aquí, como explican los respectivos patrones mayores y distintos percebeiros, se da una combinación de factores: la prolongación del verano hizo que trabajaran más días que otros años, con lo que hay piedras que quedaron especialmente castigadas. La falta de percebe adulto en época de desove -en otras zonas del norte de España apenas se faena en primavera y verano- merma la producción de crías y la carencia de agua dulce por las escasas lluvias impide que crezcan como deberían. De ahí que alberguen serios temores de que para estas Navidades puedan contar con abundancia de percebe de las tallas más grandes, las que dan el mejor rendimiento comercial. Eso sí, confían en que este mes de noviembre que arrancó con mucha lluvia pueda ayudar.

Pero donde realmente hay un problema grave, por la cantidad de profesionales a los afecta, incluso a cofradías que viven de ello de manera mayoritaria como la de Corcubión, es en el pulpo. Ahora que las capturas parece que empieza a recuperarse, lo que domina es el producto pequeño, por debajo de dos kilos, que no tiene apenas salida para la hostelería, con lo que los pescadores quedan a merced de lo que decidan las grandes cadenas de supermercados. Si recortan las compras se nota de manera muy acusada en todo el sector.

«Se na túa casa tes moitos cartos e deixas a porta aberta seguro que che entran»

Aunque hay sectores más castigados, el de los bivalvos tampoco atraviesa por sus mejores momentos, sobre todo en Camariñas, donde acumulan ya varias rachas negativas al respecto, sobre todo a raíz de los episodios vividos de mortandad masiva de marisco.

El recién elegido patrón mayor, Ramón Lema Romero, que es mariscador, confía en que ahora puedan revertir la situación porque ve «un equipiño moi bo loitando por sacar isto adiante». A su juicio, más que a factores ambientales, que también, los malos resultados son achacables a ellos mismos: a cuestiones de organización y de cuidado de los bancos. «Se na túa casa tés moitos cartos e deixas a porta aberta seguro que che entran. Por iso agora a porta ímola pechar», dice Lema, refiriéndose, aunque sin citarlo de manera expresa, al furtivismo, que considera que le ha hecho mucho daño en los últimos años. «Marcharon con todo por deixalo ‘a la mano de Dios’», afirma con rotundidad.

Vedas

En lo que inciden de manera más o menos sistemática los distintos responsables consultados es en que la mejor manera de que los bancos, de todas las especies, regeneren es la de toda la vida: la realización de vedas, ya sean naturales, por la imposición de las propias condiciones meteorológicas o decididas por los propios marineros para garantizar su futuro. El que más recalca esta necesidades en cuanto al percebe -otros como los fisterráns lo hacen con el pulpo- es el patrón mayor de Camelle, Xosé Xoán Bermúdez, que ha propuesto un sistema de rotación para el 2019.

Mariscadores ven en el Percegurú una fuente de conflictos

Algunos percebeiros, ahora particularmente de Muxía, consideran que el Percegurú, la web del Intecmar en función de la cuál se decide cuándo tienen que faenar a pie y cuándo a flote, aparte de no reflejar las condiciones reales del mar en todos los puntos, puede acabar convirtiéndose en una fuente importante de conflicto entre los profesionales de la agrupación. Aseguran que no quieren llegar al punto de Baiona, donde plantearon dividir la costa, pero tampoco están conformes con un sistema que motivó un acta de advertencia el pasado día 19 y otra de sanción para cinco embarcaciones este jueves, por trabajar a pie cuando el sistema dice que deben hacerlo a flote.

Ponen el ejemplo de ayer, en el que el Percegurú marca en verde (olas por debajo de 1,5 metros) la zona de la playa de Arnela, cuando para llegar a ella hay que atravesar numerosas zonas rojas (más de tres metros), como en Punta da Barca o Punta da Buitra.

«Nós non estamos en contra dos Gardacostas. Eles fan o seu traballo dentro da súa lei, do que lle marcan dende arriba e o que di un decreto que creo que é o 2015. Non estamos en contra deles porque tamén nos axudan mirando o furtivismo e con outras cousas, pero si pensamos que se o Percegurú se equivocou hoxe [por ayer] tamén se puido equivocar o outro día cando nos multaron», explican desde el colectivo, varios profesionales de a flote que apelan a las autoridades de la consellería para buscar una salida razonable. No creen que el único sistema de decisión pueda ser una herramienta informática que no se compadece con lo que ellos ven a diario en el mar.