El turismo invernal y la navegación por las rías despega a cuentagotas

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Los dos barcos grandes de Fisterra hacen parón, pero quedan las opciones de lancha

27 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El turismo invernal por mar es aún una opción menor en la Costa da Morte, y eso que reúne condiciones excepcionales, con un litoral extraordinario aún por descubrir, y no solo para los turistas. Una opción muy desarrollada desde hace decenios, por ejemplo, en la Bretaña francesa, generando un atractivo turístico muy importante, con la correspondiente creación de empleo y puesta en valor de un recurso aún poco aprovechado. Pero aun así, está mejor de lo que estaba. Las opciones para lo que queda de otoño e invierno ya empiezan a despegar.

La cabecera está en Fisterra y en toda la ría de Corcubión y proximidades. Este verano ha sido una explosión, sobre todo a partir de agosto, con muchos llenos. Con dos barcos grandes y varias lanchas sin parar y a diario por toda la zona. Uno de esos barcos es el veterano y pionero, Pedro Oliver Moure, de Cruceros Fisterra, que justamente paró el jueves. Y eso, por el mal tiempo, porque tenía pensado seguir al menos hasta el 4 de noviembre, aprovechando el puente. De hecho, tenía alguna excursión pactada para este fin de semana, pero por las previsiones meteorológicas tuvo que cancelarla. Así que hasta los días previos a la Semana Santa toca echar el ancla. Esta temporada le fue bien, con la salvedad de las lluvias primaverales y de julio.

El que seguirá, tras unas semanas ausente por otros motivos profesionales, es David Trillo Gallego, a bordo de su lancha Navieira Jalisia o Robinson da Lobeira. Empezó en junio y el éxito lo acompañó desde el primer momento. Pretende aprovechar el otoño y el invierno para que los visitantes disfruten de un mar muy diferente al del verano, pero igualmente espectacular, pero siempre que las condiciones lo permitan.

Julio Canosa Marcote también empezó este verano con Fish-Terra. Pensado para pescar, pero no descarta paseos. Su idea era parar en invierno, pero va a probar a ver cómo resulta. El verano no le ha ido mal.

En Malpica, Alfredo Gundín está orientado a la pesca deportiva, pero también incluye los viajes a las Sisargas. Por 20 euros por persona y un mínimo de dos se pueden hacer viajes de ida y vuelta y pequeñas excursiones por la Grande. No hay que olvidar que el trayecto dura media hora. Como en los casos anteriores, se adapta a las necesidades de los clientes, de días o de horarios. En este caso es más veterano que los otros.

«Hai que achegar Carballo a Razo»

Hay más experiencias vinculadas al mar que navegar por él. El surf es una de ellas. En Carballo existe una larga tradición de enseñanza, que va a más, pero otra cosa es hacerlo en invierno. Alejandro Pensado Ferreiro, diplomado en turismo, coordinador de Art Surf Camp, señala que las actividades fuera de temporada se dan cuando aparecen los grupos interesados, y suficientes, o con posibilidad de usar sus instalaciones. Cree que sería diferente si se promoviese la práctica, empezando por los vecinos de Carballo y comarca. «Hai que achegar Carballo a Razo», opina, porque un fin de semana no van a venir de Madrid. No existe aún una mentalidad como puede haber en Irlanda, donde cada fin de semana miles de personas practican este tipo de actividades «porque forman parte das súas necesidades como persoas».

También crecen las actividades alternativas, que van a más. Atlantis Adventure es toda una referencia en la zona: escalada, coastering, kakays, barranquismo... En este caso si hay actividades todo el año, aunque en invierno es otra dinámica, por ejemplo orientados a empresas, y combinando turismo activo con cena y concierto, por ejemplo, o actividades temáticas. La producción de los eventos es mayor, pero el mal tiempo no los detiene.

También en invierno sigue el buceo, otra actividad que gana adeptos cada año. Esta semana tuvieron una salida el jueves, y seguirán. Cambian algunas cosas, por ejemplo que se bucea mucho más cerca de la costa y del muelle, y además suelen usar una lancha más pequeña de la habitual. «Pero se puede bucear perfectamente», señala Alicia Carrillo, de Buceo Finisterre, pionera en este tipo de empresas.