Catastro sube la valoración de más de 20.000 inmuebles en la comarca

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

BASILIO BELLO

En la zona solo quedan pendientes de finalizar el trámite Fisterra, Muxía y Zas

18 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El impuesto de bienes inmuebles (IBI), más conocido como la contribución, lleva una temporada dando sustos. Catastro ha revisado los valores en la mayor parte de los municipios españoles y en la mayor parte de los casos ha sido al alza. En la Costa da Morte son unos 20.000 los propietarios que se han encontrado con esta situación. En casi todos los casos ha sido porque se han detectado ampliaciones o rehabilitaciones en viviendas que no fueron declaradas, pero también por nuevas construcciones por las que no se tributaba.

Un caso muy llamativo es el de Cerceda, donde más de la mitad de los inmuebles de nueva construcción no estaban registrados. Es decir, sus propietarios no abonaban el IBI, que es uno de los impuestos directos fundamentales en los presupuestos municipales, que desde la regularización se han incrementado.

La tramitación también ha supuesto el pago de 60 euros por cada una de las regularizaciones realizadas. Ello supone que los vecinos de la zona han pagado a Hacienda, 1,2 millones de euros por no haber dado de alta propiedades o modificaciones realizadas. Para los Concellos quedan los nuevos valores y los atrasos, hasta un máximo de cuatro años. En la zona solo quedan pendientes Fisterra, Muxía y Zas. El resto de los procesos ya terminó.

Por cada habitante hay casi cinco propiedades rurales

De los datos que ofrece la Dirección General del Catastro, que depende del Ministerio de Economía y Hacienda, llama la atención la cantidad de inmuebles que hay en la Costa da Morte. Superan el medio millón, pero la inmensa mayoría están en zonas rurales, en suelo calificados de rústicos. Tocan a casi cinco propiedades por cada habitante, pero no son tantas las que tributan. Están exentas las propiedades por las que deberían tributar menos de 9 euros, es decir, las que tienen un valor catastral menor de 2.250 euros.

Según el recaudador de Carballo, José Ramón Fernández Carballido, Catastro pretende que el valor que otorga sea la mitad del de mercado.

A pesar de la enorme cantidad de propiedades, el número de las regularizadas es muy bajo, ya que son 4.474 frente a los 17.984 de urbana. En A Laracha son solo 5 los casos, a pesar de ser un municipio con una amplia zona rural, en tanto que en Ponteceso superan los 400. Este municipio es el que mayor porcentaje tiene de regularizaciones por ampliaciones o rehabilitaciones, puesto que supera el 62 %. Le sigue Carballo con un 58 %.

La mejora de viviendas es uno de los principales motivos del incremento de los valores. Se dan casos muy curiosos, pero bastante frecuentes. «Donde había una casita de piedra de los abuelos construyen un chalé de 300 metros cuadrados, pero sin darlo de alta y siguen tributando por el valor antiguo», explicó Fernández Carballido.

Las reformas y los cambios de uso son conceptos muy ligados a la hostelería y al comercio. En Corcubión, que es el municipio con el porcentaje de regularizaciones más elevado de la zona, llegan al 47 %, pero también es alto de Dumbría y en A Laracha. Muchas veces se trata de viviendas antiguas que se convierten en pequeños hoteles o restaurantes o de comercios alquilados que siguen calificados como bajos libres.

Además, Catastro ha detectado piscinas, sobre todo en A Laracha. Es una cantidad baja, un 4%, nada que ver con Bergondo, Culleredo o Sada, que lideran el ránking,

El proceso ha finalizado, pero ahora se están pasando al cobro los nuevos recibos, que en algunos casos son sensiblemente superiores a los de años anteriores. La mayor parte de los concellos mantienen el tipo, entre el 0,4, el mínimo y el 0,55. El máximo es el 0,7.