La temporada de incendios pone a prueba la prevención realizada

j. v. lado / t. longueira CEE, CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

BASILIO BELLO

Las premuras en las talas están dejando ya algunos incidentes con daños materiales

18 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La gran mayoría de la Costa da Morte todavía está en el nivel más bajo de riesgo de incendio según la calificación que hace a diario la Xunta, aunque ya hay zonas de la comarca de Fisterra en la categoría de peligro moderado y algún pequeño punto en la de alto, con lo que Medio Rural, concellos y, en general, todo el que tiene algo que ver en la lucha contra la lacra de los incendios forestales ya se ha puesto en marcha, ante lo que pueda pasar.

Este es el primer verano en el que se podrá comprobar -de manera relativa porque el fenómeno incendiario es muy impredecible- la efectividad de que la Xunta se haya puesto seria en la exigencia de limpieza de las franjas secundarias: entorno de los núcleos y vías de comunicación principalmente. Hasta el momento, y aunque las amenazas de sanciones ya están ahí como dijo hace unas semanas el propio director xeral de Montes, son todavía muchas decenas, probablemente cientos, las hectáreas por limpiar. «O caso é que a madeira pola que antes che daban cartos agora tés que pagar por quitala e, aínda así, non hai quen che veña», ejemplifica el concejal dumbriés Raúl González, que incluso da cuenta de algo más preocupante. Son numerosas las personas que se están ocupando de las limpiezas por sus propios medios sin las debidas capacidades, «porque non é o mesmo cortar un piniño que tirar con eucalipto de verdade que che vira cara calquera lado e para iso hai que saber», lo que ya ha dado lugar a algunos incidentes. El concello dumbriés retira los cables del alumbrado en los casos necesarios, pero en O Ézaro varios postes del teléfono y parte del tendido ya han experimentado las consecuencias de estas talas particulares.

Brigadas forestales

Entre tanto, los concellos se afanan estos días en contratar sus propias brigadas forestales que están subvencionadas. Esta vez, el problema ha sido parecido al de los socorristas: faltaban profesionales cualificados para ejercer como jefes de cuadrilla, aunque, en general, todos los municipios que tenían intención de contratar ya lo han hecho o están estos días con los últimos trámites. Con todo el desequilibrio entre unas zonas y otras es grande, porque mientras en Soneira los tres concellos cuentan con este servicio, en Bergantiños solo lo han contratado o pretenden hacerlo Carballo, A Laracha y Cabana, que como explica el alcalde, José Muíño, espera que el equipo esté en marcha a principios de agosto, ya que el año pasado se quedaron sin él, precisamente por esa falta de capataces.. En la comarca de Fisterra, los profesionales de Cee se encuentran en fase de contratación, mientras que los de Dumbría ya trabajan desde el pasado viernes. Según explican desde el Concello, al margen de las labores de extinción, para las que pueden ser reclamados en cualquier momento desde el Distrito V, tienen que realizar tareas de desbroce en unas 10 hectáreas de terreno municipal. El Ayuntamiento las designa y los agentes forestales certifican que la limpieza se ha llevado a cabo, como ocurre en el resto de municipios acogidas a estas subvenciones que, en parte, proceden de fondos europeos.

Entre los que faltan por empezar, el caso más inminente es el de Vimianzo, donde el servicio podría arrancar esta misma semana, además con dos cuadrillas, 10 profesionales en total.

En el resto de los que no cuentan con brigada, la mayoría tiene dos peones de prevención a cargo de otra línea de ayudas.

«Establecer unha medida xenérica para todas as parroquias é arriscado»

Aunque casi nadie duda de la actuación bienintencionada de la Xunta con las franjas de protección, son varios los técnicos que discuten su efectividad, como el catedrático de Proxectos e Planificación de la USC, Manuel Marey, quien duda mucho que «isto resolva un problema endémico como é o do lume». De hecho, le parece que «establecer unha medida xenérica para todas as parroquias é arriscado» porque «nalgún sitio igual fan falta 50 metros, pero noutro fan falta 75, 80 ou 90 e noutros con 20 chega». Incluso alerta de que en algunas zonas se pueden estar «aniquilando masas arbóreas que teñen un interese ambiental».

Sin embargo, para el profesor de la USC, lo más grave de todo es que se traslade la responsabilidad a los propietarios mediante amenazas y multas porque eso lo que hace es «desincentivalos, desanimalos e que se sintan perseguidos»; al tiempo que se influye de manera muy negativa en el mercado de la madera eliminando su valor para el dueño.