Los mariscadores del longueirón estallan contra el Intecmar

c. viu / j. v. lado CARBALLO, CEE / LA VOZ

FISTERRA

ANA GARCIA

Los buzos planean ya recurrir a la Justicia después del enésimo caso en el que tienen que tirar capturas

16 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La obligación de tirar al mar el producto extraído el jueves, debido a un cierre que consideran injustificado, ha acabado por agotar la paciencia de los mariscadores del longueirón de Fisterra, que piensan ya en recurrir a un abogado para denunciar al Intecmar, el laboratorio profesional encargado de las analíticas.

El conflicto

Un sistema que no funciona. El problema es el de siempre. Se decretan los cierres cuando el marisco ya está extraído, con lo que, devolverlo al mar, supone un gasto de trabajo, tiempo y, por supuesto, dinero, que nadie le compensa a los profesionales. De ahí que el sistema, aunque difícilmente mejorable, según algunos técnicos, se ha demostrado como claramente insuficiente. La división de las zonas tampoco da resultado porque se cierra la extracción de un tipo de marisco muchas veces en base a muestras de otro que nada tiene que ver y está a millas de distancia.

El caso concreto

Aviso pasadas las 20.00 horas. Cinco embarcaciones, con entre dos y tres tripulantes cada uno salieron a trabajar a la zona de Carnota, después de dar aviso a la cofradía y a Inspección Pesqueira, como resulta preceptivo. Tras más de tres horas de inmersiones, con una temperatura del agua fría incluso para estos profesionales -al filo de los 12 grados- logran distintas cantidades de marisco, alguno incluso el tope, de 25 kilos por mariscador, pasadas las 20.00 horas llega el aviso de cierre por toxina diarreica, cuando el marisco ya está vendido. Por poner un ejemplo, José Miguel Lado Trillo y su compañero, habían facturado 282 euros que, como todos los demás tienen que tirar al mar. De hecho, así lo hicieron dos de los profesionales en la zona de O Ézaro ayer acompañados de otros tantos funcionarios de la Xunta.

Los motivos

Positivo del berberecho. Curiosamente, como casi siempre que ocurren estos desencuentros, no hubo un positivo de toxina en la navaja o el longueirón. De hecho, ni siquiera había muestra. Tampoco dio niveles prohibidos el berberecho de Corcubión, como se dijo en un primer momento. Esa presencia de toxina especialmente elevado se detectó en el fitoplancton y el berberecho procedente de las muestras extraídas en Lira. El lunes no se remitió al Intecmar muestra de la navaja, porque resulta preceptivo que el laboratorio, ubicado en Vilagarcía, lo solicite. De ahí que los mariscadores estén ahora pensando en contratar un abogado y denunciar.

Las reacciones

Personados en el Intecmar. Acompañados por el patrón mayor, Manuel Martínez Escarís, un grupo de mariscadores, mientras otros compañeros devolvían el marisco al mar, se presentó ayer en el muelle de Vilaxoán, donde está situado el laboratorio. Aunque no querían recibirles pudieron hablar con el subdirector, José Molares, aunque con escaso éxito. Llevaban consigo muestras precintadas y selladas por el biólogo y la cofradía para que las analizasen, pero no fueron aceptadas, como tampoco lo es analítica alguna que puedan realizar pagándola de su bolsillo. De ahí que la situación entre los mariscadores es de enfado mayúsculo e impotencia, hasta el punto de que, entre ellos, temen las posibles reacciones en momentos de tensión.