El exceso de trabajo burocrático lastra las actuaciones de las cofradías

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

XESÚS BÚA

El personal tiene que dedicar mucho tiempo a las hojas de desembarco

06 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las cofradías de la Costa da Morte hace tiempo que acusan un exceso de trabajo burocrático. Las quejas son constantes porque cada vez son más y más complicados los trámites que tienen que realizar con el escaso personal de tiene, la mayoría contratado por la propia institución, lo que aumenta los problemas económicos de estos colectivos profesionales.

Ahora la situación ha empeorado. La Unión Europea y el Ministerio de Agricultura controlan la pesca diaria en las embarcaciones de menos de 15 metros de eslora mediante unas hojas de desembarque que tienen que cubrir los armadores. Trasga es la empresa que debe facilitar los libros, con 75 hojas, una para cada jornada. El documento se entrega en la cofradía, que lo hace llegar al ministerio a través del correo.

Hace ya meses que Tragsa no sirve los libros, lo que complica el trabajo de las pósitos. Los empleados han visto como se multiplicaba su labor porque tienen que recoger las hojas, hacerles fotocopias, entregarlas a los armadores, que tras cubrirlas las devuelven y luego se mandan a Tragsa.

El sistema, además de ser farragoso y anticuado, da problemas porque una fotocopia no es el soporte más adecuado para un documento que pasa toda una jornada en el mar. Algunas cofradías se están planteando buscar otros sistemas porque la fotocopia suele llegar en muy malas condiciones.

Otra de las quejas se refiere a la excesiva burocratización de los sistemas que afectan a la pesca. Un funcionario señaló que sería sencillo crear una aplicación que facilitara las cosas en lugar de tener que andar con hojas fotocopiadas de aquí para allá.

El patrón mayor de Fisterra, José Manuel Martínez Escarís, se quejó de que los trabajadores se vean obligados a ir a Correos todos los días a causa de la falta de previsión de Tragsa.

Lo que más preocupa en la zona es que la situación se va a mantener en el tiempo. Se trata de algo transitorio, pero que durará hasta que las lanchas pequeñas sean obligadas a llevar también un geolocalizador.

El problema afecta especialmente a los puertos que tienen embarcaciones de pequeño porte. Es el caso de Fisterra, donde se acumula el trabajo.

Además, empleados de cofradías han contado que la tramitación es muy farragosa porque hay que hacer varias copias y cotejar que coincida la numeración de cada documento.