El descontento con la confección de la Copa llega a cuartos de final

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Ana Garcia

El delegado de la Federación en Baio, Manolo Corredoira, responde duramente

17 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El entrenador del Fisterra, Noé, fue el que abrió la veda, hace justo una semana, de críticas a la organización de esta 55.ª edición de la Copa da Costa. ¿El motivo? «Organizar un torneo, con tanta solera como a Copa de Costa, coa liga de por medio e os equipos xogándose cousas, convértese nunha competición completamente desvirtuada. Así é que comprendo que o Dumbría non queira participar, ou que outro, no partido de volta, non se presente ou que o faga con sete u oito xogadores, coma nós o outro día», dijo en los micrófonos de Radio Voz Bergantiños. Pero, todavía expuso más razones: «Tampouco é normal que vaiamos xogar contra o Porteño e non haxa xuíces de liña, e no partido de volta, si os haxa. E todo porque o Fisterra é de Primeira Autonómica e o Porteño, de Terceira Autonómica, sendo que estamos xogando a mesma competición», añadió.

Lo cierto es que no está solo. El entrenador del Soneira, Pedro Gómez, también entró en valoraciones: «O problema de cómo está organizado é que tes que xogar dous días á semana. E se tes unha plantilla curta, faise moi difícil e duro. A parte, que queres contar con xogadores xuvenís e tamén están disputando a súa Copa». A lo que añadió: «A organización do ano pasado foi mellor, porque non resultou ser tan agresiva como a de agora. Xogouse unha eliminatoria no Nadal e en Semana Santa, e así, despois, eran dúas semanas menos de competición tan duras. O que pasa é que esperan a que remate a Liga da Costa e, despois, os que terminamos pagando o prato somos os de Primeira e Preferente Autonómica que aínda estamos competindo».

Ante la pregunta de si la solución pasaba por esperar al cese de todas las ligas para arrancar la Copa, comentó: «O que había que facer é aproveitar todos os festivos que hai durante todo o ano, dende que comeza a tempada en setembro, como a ponte da Constitución ou o Nadal. Así vaise alixeirando a competición. Outra maneira sería a partido único. O que está claro é que esta medida non se sostén. É imposible. Non hai corpo que o aguante. E menos, aínda, a final de campaña».

Pero lo cierto es que el responsable de la organización de la competición deportiva, Manolo Corredoira, el delegado de la Real Federación Galega de fútbol en la comarca, habló ayer alto y claro al respecto. Comenzó, ya, desmintiendo un aspecto: «La competición es exactamente la misma que otros años. Lo más distinto que hay es que comenzó una vez finalizadas las ligas en Segunda y Tercera Autonómica. El problema es que los equipos de Primera y Preferente terminan más tarde, y si esperamos, no podría arrancar hasta el mes de junio. Y de este modo, no habría fechas suficientes para disputarla, pues el día 30 de junio todas las competiciones tienen que estar acabadas. Y sobre el tema de los festivos, la gente no quiere jugar en Semana Santa».

«Entiendo la postura de ellos, pero no la comparto. Desde el principio se saben las bases»

Corredoira dio más justificaciones: «Hubo una asamblea antes del arranque de temporada a la que yo llevé cuatro propuestas, y todos los clubes, por unanimidad, aprobaron esta. Se acordó, así, que la Liga de los domingos era la prioridad, de modo que la Copa se jugaba los sábados. Lo que pasó es que a algunos que dependen de los juveniles se les complicó el asunto al clasificarse estos para jugar fases de ascenso y por eso ahora se acuerdan, en el último momento».

Asimismo añadió: «Una solución que los clubes pequeños proponen, pero de la que yo no soy partidario es que los grandes no participen en la Copa. Otra, que sea a partido único hasta semifinales y final. Pero lo que pasa es que estas propuestas, sobre todo la última, se han puesto sobre la mesa y los equipos han dicho que no. Yo, como entrenador, entiendo la postura de ellos, pero no la comparto. Desde el principio se saben las bases. Y si no se puede, hay que renunciar».