La sucesión de temporales ocasiona grandes pérdidas al sector primario

X. alvite / A. Gerpe / j. v. lado RIBEIRA, CEE / LA VOZ

FISTERRA

BASILIO BELLO

La imposibilidad de salir a pescar motiva la escasez de especies, y en el campo todavía no ha podido echarse fertilizante al terreno

14 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los temporales que se vienen encadenando desde que comenzó el invierno empiezan a pasar factura a sectores primarios de gran importancia en la comarca como son la pesca y la ganadería, que ya empiezan a acumular pérdidas. En las lonjas, tanto de la Costa da Morte como de la vecina Barbanza apenas hay nada que subastar, porque los profesionales, particularmente los mariscadores y los marineros que se dedican al pescado del día, apenas han podido salir a faenar en las últimas semanas. Por ejemplo, en la lonja de Ribeira el lunes solo se subastaron 26.000 kilos de pescado y, el viernes, 68.000. Además, la mayoría llegó en camión desde otros puertos, cuando lo habitual es que la cantidad en una jornada supere los 130.000.

Paradójicamente, aunque las consecuencias inmediatas -con un gran aporte de agua dulce que altera el comportamiento de muchas especies- estén siendo nefastas, hay circunstancias derivadas de estos temporales que son positivas a medio plazo, como explica el patrón mayor de Fisterra, Manuel Martínez, y varios mariscadores del longueirón. Las vagas de mar remueven el fondo y lo oxigenan, con lo que estos bivalvos ben mejoradas de manera sensible sus posibilidades para alimentarse. Pero no solo eso, también lo limpia de conchas de animales muertos -no hay más que ver las toneladas arrastradas al arenal de Langosteira-, con lo que, permite mejor la llegada de la luz al fondo, y facilita mucho la tarea de los mariscadores. «E que ás veces aínda tes que parar porque se che infectan os dedos con tanta cuncha», explica un profesional, que destaca que para ellos «isto é bo» de cara a futuras campañas.

Mal estado del forraje

En apenas cuatro meses, los agricultores han pasado de clamar insistentemente por la llegada de la lluvia a mirar desesperadamente al cielo esperando a que escampe.

Las bajas temperaturas que se registran en la comarca durante todo el invierno, unidas a la gran cantidad de agua caída -las previsiones apuntan a que las precipitaciones seguirán, al menos, durante toda esta semana- están dificultando enormemente el trabajo en el campo.

Muchos de los profesionales de la zona no han podido aplicar todavía los fertilizantes que necesita el terreno para la cosecha de hierba de la primavera y esto se traduce en un mal estado del forraje, tanto en lo referente a su tamaño como a su calidad. De hecho, algunos ganaderos tienen los pozos de purín a rebosar, pero se resisten a esparcirlo ante la posibilidad clara de que acabe arrastrado por el agua y surta efectos nulos en cuanto a fertilización del terreno.

A pesar de esto, lo que más preocupa a los agricultores es el retraso que se producirá en las cosechas cuando el tiempo mejore, pues habrá que esperar unos días para que las fincas estén accesibles para la maquinaria, y casi un mes más para poder recoger el forraje una vez fertilizado.

En el mejor de los casos, las tareas de ensilado de la hierba no podrán comenzar hasta la segunda quincena de abril, un mes más tarde que el año pasado. Este retraso acarrea importantes pérdidas para los productores ya no solo por un empeoramiento de la calidad del forraje, sino también porque el retraso afecta a la plantación del maíz. En este sentido, cuanto más se demore la siembra del cereal menor será la cantidad que se acabe recolectando durante el otoño.

«Levamos un mes no que non collemos nada. A xarda está no Cantábrico»

El patrón mayor de Portosín, Iván Carreño, afirma que el mal tiempo que afecta a la zona desde diciembre prácticamente ha impedido que las embarcaciones pudieran trabajar y la situación no tiene aspecto de mejorar: «Levamos un mes no que non collemos nada. A xarda está no Cantábrico».

Carreño sentencia: «Aquí non hai nada e o que hai non podes collelo». Se refiere el dirigente del pósito, y armador de la flota del cerco, a la sardina: «Os barcos ven moita pola ría, por Fisterra. Cando abra a campaña, os biólogos terán que valorar o que hai».

Sin embargo, y a diferencia del pasado año, cuando apareció un banco de jurel en una zona profunda junto a las rocas: «Agora non se ve. As condicións do mar tampouco favorecen que poida collerse. Hai demasiado vento para que poida traballarse».

El objetivo es dirigirse al País Vasco en cuanto sea posible para intervenir en la campaña de la xarda. Además, Carreño, comenta: «Tamén apareceu boquerón».

«O ensilado da primavera corre perigo pola demora en abonar o terreo»

El ganadero mazaricano José Manuel Antelo explica: «Levamos máis dun mes co abono comprado no almacén, esperando a que vaia algo de calor -con temperaturas bajas la eficacia de los fertilizantes se reduce- e, sobre todo, que deixe de chover, porque con toda a auga que caeu vai resultar difícil entrar nalgunhas leiras en moitos días».

A pesar de mostrar su satisfacción por las precipitaciones, «aquí cando non chove, pasámolo mal», tampoco oculta su preocupación por la continua llegada de borrascas. Antelo afirma: «É certo que aínda estamos no inverno e que o mal tempo é habitual, pero nestes meses xa viñan xornadas de sol e frío, cousa que este ano non está pasando porque a chuvia non dá tregua».

Este productor lácteo señala que las pérdidas de las granjas pueden ser muy elevadas si el tiempo no mejora la próxima semana «o ensilado da primavera corre moito perigo polo atraso que se vai acumulando en abonar as praderías».

BASILIO BELLO

BASILIO BELLO

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Apenas ha transcurrido una semana entre las dos imágenes superiores que hablan a las claras del poder del mar y de su capacidad natural para regenerar el litoral. La playa urbana de Malpica había quedado convertida en buena medida en un pedregal y ahora vuelve a lucir prácticamente toda la arena que le es propia, gracias a las vagas de mar propiciadas por el temporal Félix.