El cementerio de Portela, más famoso gracias a Netflix, sigue igual de muerto

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

FERREIRO

El rechazo social se ha disipado, pero los planes para utilizarlo están aún muy verdes

20 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La promoción estrenada ayer de la serie de Netflix Altered Carbon, en la que participa el actor vimiancés Vicente Mohedano, un lugar donde no existe la muerte porque las personas cambian de «fundas» para vivir eternamente, utiliza, con sorna como hace con cada una de sus producciones, el cementerio de César Portela en Fisterra. Ya que no hay muertos se preguntan para que vale el cementerio, el tanatorio alberga fiestas nocturnas, el enterrador es youtuber y el cura reparte hostias, de las consagradas, en un juego de realidad virtual.

Chanzas aparte, y pasando de largo una simulación del acento gallego, ni siquiera fisterrán, qué hace daño a los oídos, y también la propia serie, que ha cosechado algunas críticas demoledoras, vuelve a poner sobre la mesa la situación de la controvertida obra, proyectada en 1998 y ejecutada en el 2000. A día de hoy sigue incompleta y tampoco sobran los recursos para acabarla, pese a que Fisterra carece ya de espacio en el cementerio contiguo a Santa María das Areas, y algunos vecinos son ya enterrados en Duio o San Martiño.

Pese a que la figura de Portela ha quedado muy tocada, a raíz de la polémica por el pintado de Santa María das Areas, lo que sacó a relucir, para mal, todas sus actuaciones en la localidad: faro, semáforo, plan del cabo,... el cementerio camina ahora por una vía diferente. Si bien es cierto que generó mucho rechazo inicial, porque hace 18 años pocos concebían la idea de recibir sepultura en un cubo de hormigón desperdigado por la ladera del Monte del Cabo, la situación ha cambiado, y esas suspicacias -aunque sigan existiendo- no son ni mucho menos mayoritarias.

«A xente xa vai sabendo esas cousas, que os cemiterios, por razóns sanitarias obvias, non se poden facer no medio das poboacións. Xa non é só que haxa persoas de Fisterra que non tería problema ningún en ser soterradas alí, senón que, seguro que habería demanda de xente de fóra», explica el alcalde, José Marcote, que sabía de esta grabación y ayer la vio dos veces. De hecho, está encantado con la publicidad que puede suponer para el pueblo, que se fije en uno de sus enclaves ya emblemáticos una plataforma del tirón que tiene actualmente Netflix.

Ahora bien, lo que el camposanto cumpla su función como tal está todavía lejos, como prácticamente todas las acciones proyectadas por Portela, en su Plan Director do Monte do Cabo. Eso no significa, sin embargo, que esté fuera de la agenda del gobierno local. «A nosa intención sempre foi pólo en funcionamento. Agora estamos cun estudo, aínda moi na base, mirando o proxecto antigo para buscar algunha maneira de rematalo», detalla Marcote, que tiene previsto ponerse en contacto con el arquitecto en breve. Considera que lo ideal es que la persona que lo diseñó esté también en el proceso para darle una salida. Por lo de pronto, las carencias más acuciantes son la luz y el agua, porque aunque parezca increíble, casi dos decenios después sigue sin ella. Además, la pista de acceso carece de un firme adecuado para resistir la erosión del agua en una pendiente tan pronunciada. De ahí que necesite actuaciones destinadas a darle utilidad a los 14 cubos de hormigón con 12 nichos cada una, que visitan miles de personas al año.