Emoción estética a la fisterrana

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

JORGE PARRI

Las tribus de sentimientos de Os da Charca destacaron en el carnaval emblema de la Costa da Morte

14 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No es ya ni el más concurrido, ni el que más comparsas concentra, ni siquiera el que reparte los premios más sustanciosos, pero el entroido de Fisterra sigue teniendo algo diferente, un plus de retranca y orgullo vecinal que ayer volvió a quedar patente en el pabellón, entre auténticos derroches de espectáculo y muchas puyas para los políticos locales, que son la esencia de esta particular fiesta.

Empezaron los Enjominados de Sée con su homenaje al 40.º aniversario de la película Grease. Le pusieron empeño y mucho arte, sobre todo los niños, pero como ellos mismos destacaron nada más empezar: «Habendo tres premios e tres comparsas de Fisterra... as contas dan e o fillo é teu». Y no por ningún tipo de conspiración extraña, sino porque el concurso fisterrán de ayer se jugaba en otra liga.

Tortugas y Peces y Os Trotamúsicos, con sus respectivas ambientaciones de Fisterra no futuro y Los juegos del hambre, habrían ganado casi cualquier certamen de la zona, pero pecaron en parecerse demasiado entre ellos y eso les impidió que su espectáculo destacase al nivel de trabajo que tenía detrás. Eso sí, la invasión de la nave alienígeno-muxiana Coído II, con sus torpes tripulantes, incapaces de hacerse con la valla de la calle peatonal, ni siquiera disfrazándose de los artistas del festival de blues, quedará para el recuerdo. Igual que también tienen ya un sitio en la memoria los tributos a los políticos locales, o los desternillantes anuncios de los mejillones Cuca, en honor al teniente de alcalde, Xan Carlos Sar, o los remedios para el pelo, que le brindaron tanto a él como al regidor, Pepe Marcote, por razones obvias.

En ese panorama y con el pabellón lleno, Os da Charca este año estuvieron un paso por delante. Ya el guion de fondo, con sus tribus de emociones y el Chamán de Buxán (Borja Martínez, elegido rey del concurso) al que había que conquistar, marcaba diferencias, pero lo complementaron con una estética impecable, números acrobáticos de un nivel cuasi profesional, patinaje, danza, canto con retranca (aquí los superó Mariola Martínez, la reina) y mensajes políticos, uno rompiendo lanzas por la lucha feminista, y el cierre, llamando a los concejales de los distintos partidos a «traballar todos xuntos polo futuro do pobo».