Una carrera de fondo interminable

FISTERRA

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay pinturas rupestres primitivas, petroglifos y otras manifestaciones artísticas que demuestran que el ser humano practica la carrera desde los tiempos más oscuros. Dicen que el atletismo es el deporte organizado más antiguo del mundo. Ha tardado, pero ahora la gente también corre por este Fisterra de nuestras preocupaciones. Y lo hace de una manera encomiable desde hace menos de un lustro gracias al Circuito Correndo pola Costa da Morte. Una fiebre sana que se está extiendo como una epidemia saludable entre personas de todas las edades y condiciones. Son los atletas del fin del mundo.

El viernes se reunieron en Vimianzo en la fiesta de los premios a los mejores, a los persistentes, a los esforzados y, en general, todo lo bueno que tiene el deporte cuando se practica sin otro afán que el de hacer ejercicio, superarse a sí mismo y llegar antes a la meta si es posible. En la celebración de la capital soneirana se vivió, además de mucha deportividad, una marea de solidaridad. Como muestra, gestos para la emoción y la aportación que los organizadores hicieron a la Asociación Española contra el Cáncer. Fue una cantidad apreciable, pero la cifra ya no es lo más importante, es el hecho. Los propios corredores la sufragaron con sus cuotas.

El Circuito Correndo pola Costa da Morte es uno de los fenómenos deportivo-sociales más relevantes de la comarca en los últimos tres decenios. Similar, tal vez, a los torneos ligueros, el FIOT, la Festa da Carballeira o el hervidero cultural de O Couto, por citar algunos. Es una iniciativa propiciada por los técnicos de deportes de los concellos, lo que ha llevado a que los propios alcaldes y gobiernos se hayan sumado a una propuesta que surgió de la base. Así, se demuestra que la unión de los ayuntamientos, con aportaciones modestas, pueden generar importantes movimientos deportivos, económicos, sociales, laborales, culturales... No hay que olvidar que las carreras acaban generando una gran actividad en la hostelería los días de competición. Es la otra cara positiva del fenómeno: el deporte como motor turístico.

Pero hay más. Es el mejor ejemplo de que si los concellos suman ideas, proyectos y acciones pueden mejorar la vida de sus ciudadanos. Lamentablemente, no lo hacen, o no en la medida necesaria. Cada uno va a su aire. Despoblamiento, servicios, turismo, desempleo, circuitos culturales... Hay muchas materias en las que podían sumar esfuerzos. Una carrera de fondo interminable.