Una marea de voluntarios colapsó la Costa da Morte en el puente de la Constitución

La Voz CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

JOSE MANUEL CASAL

HEMEROTECA | Hace quince años, las primeras semanas del mes de diciembre fueron duras y angustiosas para toda la comarca ante una marea negra que parecía no remitir

05 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las primeras semanas de diciembre fueron duras en las localidades del litoral de la Costa da Morte.

Desde que el Prestige se partiese por la mitad en la mañana del 19 de noviembre, toda la costa se tiñó de negro entre galletas de chapapote y sentimientos de desasosiego. Sin embargo, la desolación trajo también consigo una marea negra de solidaridad y voluntariado que emocionó no solo a la vecindad de la Costa da Morte, sino también a medio mundo.

La mayor ayuda llegó a la altura del puente de la Constitución. Pese a que las previsiones auguraban la llegada masiva de voluntarios, nadie se imaginaba la magnitud de la movilización, dando lugar a que muchos concellos rechazasen a cientos de voluntarios por la falta de espacio donde alojarles. Así lo recogía una crónica en La Voz de Carballo (viernes, 6 de diciembre de 2002): «En Fisterra trabajarán durante el puente 300 personas. Al Concello llegaron 1.500 peticiones para participar en la retirada del fuel del Prestige, pero no había espacio físico para alojar a tanta gente. Nadie esperaba una respuesta similar por parte de los ciudadanos».

Sin embargo, la marea blanca fue insuficiente para limpiar todos los arenales. Muchos de los que un día decidieron mancharse hasta el tuétano por la causa relatan haberse sentido «impotentes» y «con rabia» al paso de las horas, pues cada fragmento de chapapote retirado parecía multiplicarse por tres o cuatro al final del día. «Era frustrante, te ibas de la playa con la sensación de no haber avanzado nada. Recogías galletas y más galletas durante a lo mejor seis horas y parecía que el crudo no tenía fin», explicaba en septiembre el fotógrafo jienense Javier Tarazaga, que fue voluntario en Camariñas en su día.

Una vez la marea blanca remitió y las más de dos mil personas que habían llegado a la Costa da Morte se fueron a sus casas, el entusiasmo flaqueó. «La limpieza en las playas está en el aire sin los voluntarios», contaba La Voz de Galicia el domingo, 8 de diciembre, tras finalizar el puente festivo.

Manifestaciones

La plataforma Nunca Máis llamó a la protesta ciudadana en los últimos días de noviembre, una vez comprobada la magnitud del desastre. Cerca de 4.000 personas se manifestaron en Muxía, epicentro de las movilizaciones; pero también Santiago, Fisterra o Laxe sirvieron de escenario para los manifestantes.

Las protestas continuaron durante todo el mes de diciembre, extendiéndose a toda la comarca.