De Francia a Fisterra en silla de ruedas eléctrica en 33 días

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

JORGE PARRI

El húngaro Gergely Máthé, junto a sus padres y un compañero sordo, concluyó el Camiño

26 sep 2017 . Actualizado a las 13:36 h.

Gergely Máthé, de 29 años y nacionalidad húngara, llegó el domingo a Fisterra tras 33 días de peregrinación desde Saint Jean Pied de Port, en Francia. Una cifra muy razonable, para lo que suele verse, con la gran diferencia de que el joven lo hizo en silla de ruedas eléctrica.

No solo, obviamente: estaba acompañado por sus padres, Csaba y Márta, que conducían una autocaravana Fiat Ducato, y también por Róbert Király Belián un amigo húngaro, sordo, deportista, y activista en la ayuda a personas con diversidad funcional. El papel de los padres era servir de apoyo para descanso, comida, aseo... Y todas las necesidades que pudiesen surgir. Toda la expedición puso fin a la aventura reivindicativa y de superación personal en el área de autocaravanas El Campo, en la entrada de Fisterra, desde donde accedieron al faro al menos en dos ocasiones.

El padre, Csaba, explicaba ayer que tiene previsto regresar a casa hoy por la mañana, y calculan que estarán de vuelta en tres días. También señaló el motivo de esta pequeña gran odisea: «Era el sueño de mi hijo, lo hemos preparado durante más de dos años». Durante el trayecto no han tenido ningún problema reseñable, todo ha discurrido sin problemas. Tal vez el mayor haya sido la capacidad de las baterías: «Han ido a menos. Al principio recorría unos 40 kilómetros, o cerca, y últimamente ya estaba por los 20 o 25. La cargábamos cada día en un albergue, y así todas las etapas», señala.

Como resumen, el progenitor indicaba que su hijo, el amigo y ellos mismos están «muy felices: viendo el faro, comiendo, hablando con los amigos, haciendo fotos...». Ha sido una experiencia única, que han plasmado como diario y reflexiones varias en su web y en una página de Facebook específica. Tiempo atrás ya había participado en una ruta de 250 kilómetros en su país, lo que le despertó el interés por recorrer todo el Camino. Gergely sufre diversidad funcional por complicaciones en el nacimiento, y es programador web en la fundación No Adom Fel.

No es la primera vez que alguien en silla de ruedas llega a Fisterra. En el 2006 lo hizo, en una de empuje manual, Vasile Stoica, desde Rumanía, y también por etapas. Además, hasta el Cabo han acudido relevantes húngaros en los últimos años. Como Jozsef Zelei, que en octubre del 2009 instaló un curioso monolito por la paz, tras recorrer 24.000 kilómetros a pie o en bicicleta, que poco después fue quemado por los vándalos. En el 2007, el matemático húngaro Peter Lax, uno de los más relevantes el mundo (con un reconocimiento equivalente al Nobel), también quiso conocer el faro y su entorno dentro da las visitas de los premios Conciencia. Lax formó parte del Proyecto Manhattan, el embrión de la bomba atómica.