El campismo ilegal en la playa de Mar de Fóra deriva en vandalismo

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Cedida

Este mes se han incrementado las acciones en el paraje natural

07 sep 2017 . Actualizado a las 08:01 h.

El campismo ilegal, y las acciones que algunos vándalos llevan a cabo de manera indiscriminada en la playa de Mar de Fóra, en Fisterra, agravan la situación de uno de los parajes naturales más importantes de la Costa da Morte. Es un problema que se arrastra desde hace años, pero que, lejos de solucionarse, por momentos va a más. Tras un verano relativamente tranquilo, con episodios esporádicos o no multitudinarios, en septiembre se ha recrudecido.

No se trata solo de acampadas irregulares, sino que algunos de los participantes hacen fuego en el arenal, algo que también está prohibido. Y que para eso cogen madera o leña de donde pueden, ya sean propiedades privadas o públicas. Incluso intentan romper el mobiliario público para alimentar las llamas, como ocurrió el martes por la noche. O al menos, pudo ocurrir, porque la rápida intervención de un vecino, que advirtió de ellos al teniente de alcalde, lo evitó. Tampoco sería la primera vez: hace pocos más de un año, los gamberros ya usaron madera del paseo. Alguna tablones pudieron salvarse de las llamas.

El problema, con ser grave, no se agota ahí. Los acampados ensucian por todas partes, y lo mismo para hacer sus necesidades en pequeñas cuevas de los acantilados. Da igual que los carteles en la entrada adviertan de la prohibición de establecerse o de hacer fuego: los ignoran por completo.

Ha habido además episodios de enfrentamientos verbales al recordarles a los infractores la necesidad de cumplir las normas. Si no es un policía o un guardia civil el que lo hace, no hacen caso y siguen a lo suyo.

Horarios controlados

Además, los organizadores de las acampadas (siempre hay quien lidera, coordina o invita a otros, generalmente peregrinos y también usuarios habituales) conocen los horarios de la Policía Local. Y saben que a partir de determinada hora por la tarde-noche ya no trabajan, así que la única manera de evitarlo es que acuda la Guardia Civil. Pero la escasa dotación de agentes para toda la comarca de Fisterra en determinados momentos impide que los agentes puedan acudir siempre, o al menos que lo hagan a tiempo. «Moitas veces vémonos desbordados», explica Xan Carlos Sar, teniente de alcalde de Fisterra, el gobernante que más énfasis ha puesto en desterrar estas prácticas. Algo que se extiende al propio Cabo.

Allí, salvo casos muy puntuales, no hay acampadas, pero sí se mantiene -menos- la mala costumbre de hacer hogueras. En algún momento ha habido infractores que, pese a la advertencia, se le han encarado haciendo caso omiso, y ha sido el propio Sar el que ha tenido que apagar el fuego, directamente con el pie o con un palo.

Las conductas incívicas han bajado (hubo épocas, no lejanas, de encontrar restos de incendios en más de 50 puntos en el Cabo, desde la zona inferior del edificio de la sirena), pero siguen siendo una lacra lamentable.

Llamamiento a la actuación de Costas y de la Guardia Civil

Sar señala que en muchas ocasiones la Policía Local, cuya plantilla está cubierta al completo, asume tareas que no le corresponden, pero que a veces no hay más remedio. Y el teniente de alcalde se pregunta si la Guardia Civil no tendrá algo que decir en episodios como los presuntos hurtos de leña de propiedades ajenas, ya sean privadas o públicas. O si a Costas, que además tiene vigilantes especializados, no le correspondería actuar por tratarse de acciones en un dominio que es de su competencia, como a veces sí lo hace cuando se trata de aparcamientos en zonas dunares (en Fisterra y en otros puntos). Al menos, en el cuartel de la Guardia Civil de Corcubión constan numerosas llamadas de los responsables locales fisterráns advirtiendo de determinadas situaciones. No solo de vandalismo o incumplimiento de normas, también de riesgo cuando hace viento muy fuerte.

Cinco arenales ya están sin socorristas, y los demás los tendrán unos días más

El verano se termina poco a poco y, con él, el servicio de socorrismo de las playas, En casi la mitad de los arenales ya no funciona. En los demás aguantará unos días, generalmente hasta mediados de mes.

En Cabana, el socorrista de Rebordelo trabajó hasta el pasado domingo, día 3. En Camariñas, que por primera vez se puso en marcha este servicio coincidiendo con el estreno de la bandera azul en Arou, la actividad cesó el pasado día 1. Esa fecha también terminó la prestación en Ponteceso, otros de los nuevos, acabaron el día 3 en las playas de Osmo, A Ermida y Balarés. De haber logrado diez profesionales, podrían seguir una semana más. También el domingo fue la última jornada en Laxe, e igualmente en Malpica, donde había seis, además de labores de apoyo de Protección Civil y Policía Local.

En Corcubión, la socorrista de Quenxe seguirá hasta el día 18. En Caión, hasta el día 15: tres socorristas y una ATS (hubo seis en total). Los dos de Estorde, también hasta el 15, lo mismo que en Dumbría, en la playa de O Ézaro. En Carballo, la mayor dotación de la zona, terminarán este fin de semana. Y en Langosteira-Fisterra, la idea es aguantar hasta fin de mes.

El Concello de Carballo dio ayer a conocer que todas sus playas mantuvieron, durante los meses de verano, la calificación de excelente en los análisis de agua. Sanidade y Concello realizaron 11 analíticas en Razo-Arnados; y 7, en A Pedra do Sal, As Saíñas y la ría de Baldaio.