La Lobeira que, ahora, todos quieren

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

El BNG y el PACOR inciden en que revierta en el Concello para poder gestionarla

27 ago 2019 . Actualizado a las 17:08 h.

El faro de la Lobeira Grande lleva décadas sumido en el abandono y la isla, en su conjunto, recibe las visitas esporádicas de los fareros para atender cuestiones técnicas, de algunos vecinos, básicamente en verano, y de Buceo Finisterre, que realizan actividades en el entorno.

Sin embargo, a raíz del anuncio de Antonio Muíños, el gerente de la empresa de algas Porto Muíños, que pretende darle al faro un uso de exaltación incluso internacional de este producto, se ha reactivado un interés en la zona que estaba en un segundo plano.

No se puede decir que sea nuevo, porque casi todos los partidos llevaban en sus programas alguna iniciativa relacionada con este icono de la Costa da Morte, pero es ahora, cuando todo eso ha salido a la luz.

El alcalde, Manuel Insua, los ediles del BNG Xosé Ansede y Rafael Mouzo, y el concejal del PACOR, José Ramón Rojo, se reunieron esta semana con el presidente de la Autoridad Portuaria para tratar el asunto, que el lunes, a las 19.00 horas, llevarán a la comisión de seguimiento convocada a tal efecto.

El BNG, del que partió la iniciativa, está centrado en que el faro, ya que el terreno es municipal, «revirta no Concello» y que, si Porto Muíños pretende desarrollar un proyecto basado en ayudas públicas, el propio Ayuntamiento también podría hacer lo propio. En cualquier caso, tampoco se niegan a conocer más en profundidad cuál es la idea del empresario y ver si puede encajar, con el control municipal.

Rojo mantiene una postura parecida, recuerda que en su programa electoral de hace nueve años ya llevaba la idea de darle un uso centrado en el apoyo a la pesca y al turismo, aunque también valora la posibilidad de que Porto Muíños pueda gestionar una parte y, mediante un convenio, el Concello disponer de un espacio para desarrollar sus actividades. Ahora, a una concepción privada al 100 % se niega de manera rotunda.

El alcalde, aunque no lo diga así, está convencido de que al Ayuntamiento le va a ser imposible conseguir el dinero para rehabilitar el faro y, sobre todo, para mantener allí la actividad, con lo que, a las últimas, si llega alguien con capacidad de hacer algo de interés, siempre dentro del máximo respecto al entorno, pues bienvenido sea.