Un conflicto entre su madre y el colegio atrapa a dos gemelos fisterráns de 6 años

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

La mujer asegura que los pequeños son acosados, marginados e incluso agredidos

22 sep 2016 . Actualizado a las 08:00 h.

El conflicto que mantiene una madre de Fisterra con varias docentes y con el director del colegio Nuestra Señora del Carmen de Fisterra ha acabado por afectar, y de manera grave, a los dos hijos menores de la mujer, que son gemelos y tienen 6 años. De hecho, en estos momentos, aunque las clases empezaron la semana pasada están sin escolarizar, ni en primero de Primaria, que es donde les corresponde repetir según el centro, ni en segundo curso, al que su progenitora incide en que deben pasar.

El asunto viene de lejos, porque Lina Díaz Olveira asegura que ya tuvo problemas con otro de sus hijos, el mediano [El mayor, de 21 años fue al mismo centro], que ahora tiene 15 años y está en tercero de ESO porque, siempre según su versión, una de las profesoras ahora implicadas le suspendió geografía y atrasó un curso.

Sin embargo, el detonante se produjo con las orlas de los pequeños el curso pasado. En el Nuestra Señora del Carmen es obligatorio el uniforme y los pequeños, según fuentes del colegio no lo llevaban, por lo que no aparecen en la foto con el resto de compañeros. Una circunstancia que la madre critica como una forma de discriminación, aparte de asegurar que es falso porque «os nenos ían igual que os outros», para lo que muestra las fotografías individuales de ese día en el que llevaban camisas blancas.

A partir de ahí, e incluso antes, se desata una guerra de denuncias cruzadas, que tienen como protagonistas, fundamentalmente, a la propia Lina y al director del centro, Carlos Velasco. La mujer afirma que sus hijos son discriminados, acosados e incluso agredidos físicamente; mientras que desde el colegio se querellaron contra ella por insultos, amenazas y por lo ocurrido en la graduación del año pasado, donde supuestamente la madre montó un altercado, del que se enteró todo el centro, incluidos otros padres.

Todas esas denuncias, la supuesta afectada cuenta cuatro, han sido sobreseídas o no se han traducido en condenas, algo que Velasco atribuye, entre otras cosas, a que los insultos ahora ya no son fácilmente sancionables con el Código Penal en la mano. Sin embargo Lina, asevera que si no han prosperado es porque realmente no había nada contra ella que justifique estas actitudes en las que, según dice, se implican buena parte de los profesores, ya que nunca la reciben en solitario y hacen piña en su contra.

Más allá de estas diferencias, en noviembre del año pasado, la progenitora formuló la denuncia más grave de todas hasta el momento, en la que acusaba a la tutora de los gemelos de agredir a uno de ellos, que tiene un problema auditivo y está pendiente de una intervención quirúrgica.

El pequeño le relató a la pediatra, tal como esta incluye en su informe, que la maestra les pegaba con la mano abierta, con los nudillos y que les tiraba del pelo. Sin embargo, el parte solo recoge que el niño presenta una erosión superficial en la cara y que, entre otras cosas porque no fue llevado al médico y el día de los hechos, de ahí no se puede concluir que fuese fruto de una agresión y mucho menos quien se la había causado. Además, los profesores llamados como testigos lo niegan rotundamente, y la jueza encargada del caso también sobresee provisionalmente las actuaciones, porque no ve que se haya demostrado nada punible.

La madre sigue convencida de que sí hubo agresión, de que no fue la única y que eso se inscribe dentro de un conjunto de vejaciones a las que son sometidos sus hijos, como que sean los únicos que no pasan de curso en primero en una clase de 10 niños. Sin embargo, alega que no pudo seguir adelante con el proceso judicial por razones económicas.

Para argumentar sus palabras, aporta grabaciones de una de las maestras gritándole en clase a los alumnos y de conversaciones en el interior del centro en las que se refieren a ella como «la basura del pueblo». Todo eso lo ha puesto en conocimiento de la inspección educativa, del Valedor do Pobo e incluso del propio presidente de la Xunta, donde las contestaciones han sido todas negativas a sus intereses y nadie hasta el momento ha mostrado, según dice, interés por escuchar las grabaciones. De hecho, el jefe de gabinete del conselleiro de Educación le dice que «os seus fillos acoden a un centro privado concertado cunhas determinadas normas de organización interna, que se flexibilizaron polas súas especiais circunstancias. Dado que non se aprecian indicios de discriminación por parte da dirección do centro, non hai moito máis que poidamos facer».

El director del centro, Carlos Velasco, no quiere entrar en el asunto, dice que a sus compañeras, especialmente a la tutora de los gemelos, «non hai que defendelas de nada». Incide en que las leyes están para cumplirlas y confirma las denuncias.

Entre tanto, se ha lanzado a través de Facebook una campaña de apoyo a la profesora quien, supuestamente, sufre problemas psicológicos por este motivo.