La atención turística se pagaría sola cobrando entradas a un euro

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

manu negreira

La afluencia a los puntos de interés de la zona superó las 70.000 personas en agosto

09 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los 21.936 visitantes que recibió el faro Fisterra en el mes de agosto, los 20.263 de Vilán, los cerca de 7.000 del Museo da Pesca, 6.641 de Dombate, 6.500 del Castelo de Vimianzo, 4.579 del Forno do Forte y 847 de las Torres do Allo elevan a cerca de 70.000 el número de personas que accedieron a los principales centros de atención turística y cultural de la Costa da Morte. Si cada una de ellas pagase un euro de entrada, algo que no ocurre porque todos son gratuitos, se juntarían recursos suficientes para pagar al personal que los atiende y el resto de gastos que implican estos atractivos ya no en agosto, sino buena parte del año.

Evidentemente estos datos no se pueden generalizar al conjunto del ejercicio porque agosto es, de largo, el mes de mayor afluencia tanto a estos lugares como al conjunto de la comarca y es necesario tener en cuenta que este 2016 está siendo de récord en cuanto a turismo en muchos municipios de la comarca, especialmente en la zona sur. Tampoco se pueden traducir directamente visitantes por euros, porque en casi todos los sitios del mundo donde sí se cobra entrada suele haber descuentos o exenciones para niños, personas mayores y otros colectivos. También habría que ver, como apuntan algunos de los guías actualmente encargados el impacto que tendría acabar con la gratuidad absoluta, ya que consideran que reduciría las visitas totales, aunque nadie sabe cuantificar con precisión a cuánto ascendería esa merma en la afluencia.

En cualquier caso, de aplicarse la medida, que es absolutamente mayoritaria en el resto de Europa, incluso con bienes de un valor patrimonial mucho menor que los de la zona, permitirá, por ejemplo, acabar de un plumazo con los convenios de los concellos con la Deputación, que son los que sustentan el grueso de las nóminas y el resto de gastos. Además, se reduciría de manera sensible la burocracia relacionada con esta actividad, que ha dado lugar a innumerables conflictos, que hicieron que muchos años enclaves principales no abriesen sus puertas hasta casi acabado el verano o que la calidad de la atención, horarios y demás dejasen bastante que desear.

Sin embargo, poner en marcha todo esto implica, en primer lugar, voluntad política y luego una serie de actuaciones normativas, junto con la aclaración de competencias y titularidades, que están repartidas por varias administraciones. Por ejemplo, el Concello de Fisterra, aunque quisiera, no puede cobrar por el Museo da Pesca, como venía haciéndolo Neria, porque carece de una ordenanza específica al respecto.

Sí hay, por contra, quien ha avanzado en este sentido, como el Ayuntamiento de Camariñas, que, según explica su alcalde, Manuel Valeriano Alonso, no aprobaron el cobre del Museo do Encaixe y la Casa do Alemán con un afán recaudatorio, sino para «darlle un valor» y que la gente aumente su consideración de lo que está viendo.

En cuanto a las visitas en general aumentaron en muchos lugares, aunque no en todos, y, como detalla Paco Doval, del Forno do Forte, hay que atribuirlo «á praia». Se ve claramente, a su juicio, porque mientras casi han doblado las excursiones y se ha incrementado el número de extranjeros el descenso de los visitantes individuales de la Costa da Morte y su entorno supuso que registrasen cerca de 300 entradas menos.