Sobre las campañas sectoriales de vigilancia y su posible utilidad

Bernardo Silva OPINIÓN

FISTERRA

25 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin desdeñar la importancia que tiene la labor preventiva de las fuerzas de seguridad que asumen las competencias de vigilancia y control del tráfico, sin duda necesarias, resulta chocante que de vez en cuando se anuncie el desarrollo de campañas encaminadas a prestar una mayor atención al consumo de alcohol, sustancias estupefacientes o, como nos sucede estos días, a la velocidad a la que circulamos.

Sorprende porque parece un poco absurdo que se nos anuncie que las fuerzas de seguridad van a hacer su trabajo, algo que deberían desempeñar todos los días. ¿O acaso cuando estas campañas finalizan, se relajan en sus obligaciones?

Sorprende porque son sectoriales, como si realmente y por circunstancias que se nos escapan, seamos más proclives a correr más cuando volvemos de vacaciones, pese a las clásicas imágenes de atascos y embotellamientos con las que nos deleitan en estas fechas los informativos.

Pero llama la atención, fundamentalmente, porque se desarrollan en ámbitos espaciales muy llamativos, en lo que nos afecta, la AG-55 y la AC-552, entre otras vías principales. La AG-55 se ha convertido en la antítesis de una autopista tras la ubicación de un radar «de tramo» en un tramo en el que ha habido menos accidentes que en la célebre subida a Anxeriz, en la carretera que une Carballo con Santiago. La AC-552, con la nueva autovía, es una carretera casi desierta hasta Salto (por experiencia), por lo que la vigilancia se centrará en apenas 35 kilómetros hasta Fisterra.

¿Son útiles estas campañas? Sinceramente no lo creo. Y no lo creo no solo por la naturaleza y estado de las vías, sino por su propia señalización: que un radar camuflado nos saque una foto al pasar una señal de 70 situada tras una curva en la que podíamos circular a 90 solo se explica desde la óptica recaudatoria. Y con el aviso aludido, se conseguirá, exclusivamente, que los conductores busquen vías alternativas para evitar los radares, que, por cierto, siguen sin estar señalizados cuando se trata de dispositivos móviles.

Con esos mimbres, pensar en prevención y no en recaudación resulta terriblemente complicado.

¿Cuántas veces un radar ha fotografiado el momento de un accidente con exceso de velocidad? Pues eso.