El campismo ilegal en Fisterra no respeta ya ni la puerta de la iglesia

J.V. Lado CEE / LA VOZ

FISTERRA

a. Estévez

El Concello trata de combatir los problemas de convivencia y peligros generados

06 ago 2016 . Actualizado a las 09:07 h.

El miércoles, el atrio de la iglesia de Santa María das Areas de Fisterra, de largo la más visitada de la comarca, amaneció con un curioso inquilino, que no dudó en instalar su tienda e incluso colgar la ropa para que se secase al pie de la puerta de entrada, donde había buscado refugio de la lluvia y el viento del sur.

Fue una cuestión anecdótica porque la Policía Local detectó el panorama sobre las 09.30 horas y en cuestión de minutos la zona ya estaba desalojada, pero sirve como ejemplo de la batalla que libra casi a diario el Concello de Fisterra contra el campismo ilegal y la ocupación irregular de espacios, que da lugar a problemas de convivencia e incrementa riesgos, como el de los incendios en los espacios protegidos.

Ahora que la cartelería y la vigilancia municipal ha frenado, al menos de momento, las quemas indiscriminadas en el Cabo, son otros frentes abiertos los que centran el interés y las medidas para reconducir diversas situaciones.

Una de la que más quejas está generando, sobre todo ahora que con el buen tiempo el olor a orines se hace insoportable, es la instalación de indigentes junto al supermercado Froiz y los bajos del centro educativo y social Nosa Señora do Carme. El concejal de Seguridade, Xan Carlos Sar, explica que habló personalmente con un hombre llegado a Fisterra como peregrino, que trabajó durante un tiempo captando clientes y en otras labores para los albergues, pero que ahora vive en la indigencia afectado por un problema de alcoholismo. «Estaba traballando e íalle máis ou menos ben, pero xa fai un ano polo menos que está moi mal. Díxenlle que Servizos Socias podía axudalo a saír diso, pero á xente só se lle pode axudar se se deixa», explica Sar, para quien estas cuestiones son muy sensibles y nada tienen que ver con los peregrinos que se instalan en zonas prohibidas de manera lúdica.

Para lo que sí ha habido solución es para la vivienda ocupada de la recta de A Anchoa, en la que, desde hace años, estaba instalado un ciudadano de origen alemán, que ya antes fue expulsado de la antigua depuradora, entre otros lugares, y que se había convertido en un foco de conflictos, por la suciedad acumulada y por la cantidad de gente que se instalaba allí de manera más o menos esporádica.

Los propietarios se vieron obligados a recurrir a los tribunales y el pasado 18 de julio el citado inquilino fue desalojado por orden judicial. Acto seguido, los dueños tapiaron puertas y ventanas con el objetivo de que la situación no se repita. Eso sí, todavía se pueden observar en la parcela decenas de bastones de caminantes, palés, restos de tendedero o de enseres domésticos acumulados durante años.

Más complicado está el asunto de Mar de Fóra, donde la presión de la Policía Local, fundamentalmente, hace ya raro ver tiendas de campaña durante el día, pero casi cada mañana siguen apareciendo restos de hogueras.

Para el presidente de la Asociación de Veciños Costa da Morte de Fisterra, Fernando Carrillo, el problema radica en que «la mentalidad de que aquí todo vale está instalada y eso es muy difícil de cambiar -explica- por más empeño que le pone el Concello, que me consta que lo hace».