Lugares para abrazar la inmensidad

P. B. M. CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

José Manuel Casal

La belleza se percibe a veces mejor desde lo alto y la comarca atesora puntos que ofrecen vistas de excepción

20 jul 2016 . Actualizado a las 19:29 h.

La Costa da Morte esconde -y a la vez exhibe- paisajes de excepción. Hay rutas en las que, obligatoriamente, uno tiene que parar por las vistas, como la subida al cabo Fisterra o el periplo desde Cabana hasta Laxe. Son muchos los miradores a visitar: de hecho, se podría incluir toda la costa, faro a faro. A mayores, existen lugares imprescindibles para abrazar la inmensidad. Uno de ellos es Monte Branco, alzado sobre los mundos pondalianos, el valle de Ponteceso y con una vista privilegiada sobre la desembocadura del Anllóns.

XESÚS BÚA

El Alto de San Bartolo, en Vimianzo, dominando el valle de Soneira, es otro rincón imprescindible. En días claros, ofrece vistas de Bergantiños e incluso de Muxía.

Desde Zas, el Pico de Meda tiene la categoría de ser el más alto de Soneira: su situación estratégica ofrece una vista panorámica de 360 graos, marcando además un extremo de la comarca (el otro, el occidental, es Vilán).

S. G. RIAL

Miles y miles de personas se quedan cautivadas en cada visita con el Mirador de O Ézaro, que ofrece una sensación inolvidable sobre la desembocadura del Xallas, el río Ézaro, el cabo Fisterra o el Monte Pindo.

XESÚS BÚA

El Monte do Son, por otra parte, permite expandir la vista sobre Cee y la ría de Corcubión, pero en la lista podrían incluirse muchos rincones más: Caneliñas desde lo alto, As Grelas (Cabana); Monte Neme (vistas a Baldaio, Razo y Caión); el Monte do Corpiño y Lourido (Muxía); el Faro Vilán (sobre todo si uno se sube a la torre); el Monte Facho de Fisterra, todo un balcón al Atlántico; A Moa do Pindo y la Torre da Moa de Laxe; Santa Rosa y el Mirador da Insua, también en tierras laxenses, con su merendero reproduciendo un castro; San Hadrián (Malpica) o el mirador de Caión, con el pueblo descubriéndose, son algunos de ellos.