Museo da Pesca, pequeño gigante

Patricia Blanco
Patricia Blanco CRÓNICA SOCIAL

FISTERRA

XESÚS BÚA

22 ene 2016 . Actualizado a las 13:52 h.

A las puertas del Museo da Pesca de Fisterra, en el castillo de San Carlos, un peregrino incidía hace unos días en la necesidad de mantener un patrimonio como ese. Mantenerlo, sin duda alguna -no parece, o no debería, cuestionarse-, pero hacía hincapié todavía en algo más: difundirlo. Ejercer de altavoz, enseñar al mundo el gran patrimonio que alberga este finis terrae, en un recuncho atlántico de visita obligada: darle el valor que se merece. La posibilidad de no hacerlo semejaba extraña e inconcebible para el visitante, y no es para menos. No tiene mucha lógica dar vida para luego dejar morir. Manolo, Alexandre Nerium, guía del museo, alude a anécdotas que vivió dentro de ese espacio expositivo para constatar que hay cosas pequeñas que se pueden hacer muy grandes. Y es cierto. Uno sale del Museo da Pesca, inmenso en conocimiento en tamaño concentrado, sabiendo del gusto por la comodidad de los pulpos, de su carácter territorial, del arte del xeito, de la pesca de sardina o de cómo evolucionó el mundo del mar y el mundo mismo a partir de un escandallo. Tantas y tantas otras cosas que Alexandre conoce de primera mano, sobre la Costa da Morte y más allá, y tantas dudas que resuelve de inmediato, con la misma pericia que hace sonar un cuerno lleno de historias de mar. Escucharlo supone zambullirse en una enciclopedia y un diccionario marítimo. Cuando uno sale del Museo da Pesca de Fisterra se va a casa contagiado por el brillo de Nerium, quien, sin embargo, y aún con ese carácter afable, hospitalario y familiar que le caracteriza, no las tiene todas consigo sobre lo que pueda pasar con el centro cultural ahora que Neria -encargada de la gestión- atraviesa momentos duros. Cree que con poco puede mantenerse a flote el museo («aguantar as cousas») y que, poniendo empeño, se puede lograr. Para el guía sería una buena salida que el Concello de Fisterra asumiese el timón, evitando así que la inversión hecha en su día se vaya a pique, como un barco consumido por el temporal de complicaciones varias. En el Ayuntamiento, y así lo decía ayer mismo el teniente de alcalde, Xan Carlos Sar, son conscientes de que esa gestión municipal, previo acuerdo con cofradía y Neria, que no parecen tener mayor problema, también es una posible medida a tomar. De hecho, han tanteado qué se puede hacer. «Nós vemos saída e estamos niso», dice Sar, aunque de momento falte por concretar cuándo y cómo. Dice que el alcalde, José Marcote, charló con el responsable de Neria. Entre sus objetivos clave, conservar la presencia de Alexandre: «Para min, e penso que coma min todo o mundo, o 80 % do museo é Manolo». Dejar perder el Museo da Pesca de Fisterra sería alentar el naufragio de la identidad, hacerla encallar contra las rocas de la inoperancia, un defecto que hay que alejar de estas tierras.