La magia de las viejas historias

Xosé Ameixeiras
a. lavandeira CARBALLO / REDACCIÓN

FISTERRA

X. AMEIXEIRAS

Los caminos de Dumbría están plagados de iglesias, petroglifos, castros, cruceiros y piedras de forma curiosa fáciles de descubrir

07 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Dumbría tiene la magia de esos lugares en los que se pueden descubrir viejas historias y lugares de gran singularidad. Un recorrido a pie de Buxantes a Olveiroa, unas veces por el Camiño de Fisterra y otras por antiguas sendas, permite adentrarse en espacios con grandes secretos que Modesto García Quintáns, autor del libro El Ayuntamiento de Dumbría, historia, tradiciones y costumbres, conoce de memoria y cuenta con profusión de datos y anécdotas. La iglesia barroca de Buxantes, un sarcófago antropomorfo de los primeros siglos de nuestra era y el entorno del templo bien cuidado es un buen punto para iniciar el recorrido, que sigue hasta la ermita de As Neves, donde Quintáns cuenta cómo el Cruceiro do Sordo fue trasladado desde otro paraje para situarlo junto a la fuente de aguas milagrosas y que el ingeniero que dirigió la concentración parcelaria incluyó en una finca privada para fastidiar al cura, con el que se llevaba mal. Otro sacerdote ordenó cerrar el atrio de la ermita porque en este campo, que es lugar de paso de los peregrinos a Fisterra, se celebraba una feria y no quería que el ganado lo dejase sucio. Al pie del altar hay una piedra con un grabado que semeja una huella de una pisada humana. Cerca está un Santiago matamoros tapado con una manta. Por este lugar también pasaron los franceses en 1808 y destruyeron un casal. El Cruceiro do Sordo estaba en un lugar en que dos mujeres adineradas tuvieron que pasar una noche porque el carruaje en el que viajaban se averió. No pudieron dormir a causa de los aullidos de los lobos y mandaron construir la cruz al lograr salir vivas del trance. Los petroglifos de Pedra Ancha, descubiertos por el propio Modesto García en 1991, bien merecen atención del caminante. Están en Pedra Ancha y representan 2 puñales, 3 alabardas, otras tres figuras en forma de escudos y varias cruces de una época posterior. Están en el área del Camiño de Fisterra, donde también se encuentra el Marco do Couto. Junto a este hito hay un cruceiro que fue modificado de posición varias veces. Ahora está a rebosar de piedras que colocan los peregrinos. Y una de las estrellas del recorrido es la Pedra Cabalgada de Brazal, una mole de 150 toneladas que se mantiene en equilibrio sobre un punto de apoyo de menos de dos metros cuadrados. Son algunas de las muchas curiosidades antes de acabar la ruta en un restaurante de la aldea cosmopolita de Olveiroa. Recorrido por Dumbría de Buxantes hasta As neves