El descanso del caminante

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO

FISTERRA

Reportaje | El albergue de San Lázaro se estrenó sin llenar las instalaciones La nueva residencia de peregrinos seguirá abierta hasta diciembre, pero la Consellería de Cultura, que asumió la gestión, todavía desconoce su destino para el próximo año

04 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?a residencia de peregrinos de San Lázaro pasó desapercibida durante las primeras semanas de funcionamiento. Ahora, sólo un cartel de madera junto al Museo Pedagógico de Galicia marca el camino al albergue. Su apertura el pasado 6 de julio se hizo silenciosamente. Tanto que, mientras otros albergues y residencias colgaban en ese mes el cartel de lleno total, la de San Lázaro apenas rondaba el 60% de ocupación. La situación fue mejorando a lo largo de agosto, cuando el boca a boca hizo que cada vez fueran más los que a su llegada a Santiago preguntaran por el albegue de San Lázaro para pasar la noche. La ocupación subió hasta el 80% el pasado mes. La continuidad de la residencia es un misterio. De momento, sólo se sabe que seguirá abierta hasta diciembre. Su destino, a partir de enero, aún está sin decidir por los responsables de la Consellería de Cultura. En estos primeros días de septiembre reina la calma, aunque Ángel Arpa, director del albergue, ya se prepara para una nueva llegada masiva de peregrinos a partir de la próxima semana. Mientras tanto, estos días en la residencia hay un grupo de dieciséis alemanes que ya habían estado aquí a su llegada a Santiago hace unos días, pero que ahora volvieron después de realizar el camino a Fisterra. Algunos de ellos el jueves aún acumulaban el cansacio de los kilómetros andados e intentaban reponerse con una más que merecida siesta. Los alemanes, junto a los italianos y franceses, fueron mayoría en el centro durante estos dos meses de funcionamiento. También algunos grupos más pequeños y parejas de españoles estrenaron los pabellones del edificio. Aunque aún es pronto para llenar muchas hojas del anecdotario de la residencia, una de las personas que mejor recuerdo dejó entre el personal del centro fue un hombre de nacionalidad belga que después de recorrer 4.000 kilómetros a pie optó por seguir hasta Fisterra porque se aburría en Santiago. Pero un solo viaje hasta Fisterra no fue suficiente y decidió ir tres veces antes de regresar a su país. Lo mejor, recuerda Ángel Arpa, era que mientras otros peregrinos estaban tirados en la sala por el cansancio, este hombre de 76 años respiraba vitalidad por todos sus poros. Ochenta literas El centro cuenta con dos pabellones de 56 y 24 literas, que disponen de varios módulos de doce y dieciséis camas cada uno. No falta la sala de estar con una televisión, que prácticamente no se enciende durante el día. Los residentes tienen lavadoras y secadoras y pueden hacer uso de la cocina. A diferencia de otros albergues del Camino, el de San Lázaro está abierto las 24 horas del día, lo que permite que los peregrinos tengan libertad de horario nocturno. Sólo se establece un límite en las horas de recepción; es decir, el acogimiento de los peregrinos se realiza de 13 a 17 horas y se les pide que no permanezcan en las habitaciones entre las 10 y las 13 horas, para realizar labores de limpieza. El precio de estancia es de diez euros el primer día y siete los dos siguientes. Se permite permanecer más de tres días en la residencia, siempre que queden plazas libres.