Ana Casais, técnica de Cultura en Dumbría: «As nosas bibliotecas están vivas»

DUMBRÍA

GENTES DEL FINIS TERRAE | Está convencida del potencial del Vákner y de la importancia de los pequeños a la hora de difundir esta figura, de ahí el papel de un certamen literario como el que está en marcha
26 abr 2023 . Actualizado a las 10:28 h.«É un privilexio traballar como técnica de Cultura no meu propio concello, cos meus veciños, vendo como pasan de nenos a adultos, e facelo con estas infraestruturas tan ben montadas e ademais nun sitio onde hai unha aposta clara pola cultura. Non lembro nunca chegar cunha proposta e que nos fose denegada», confiesa Ana Casais Trillo (Olveiroa, 1977). Formada en Maxisterio y Pedagoxía, es desde el 2005 técnica de Cultura en Dumbría y responsable de sus bibliotecas: nada menos que cinco —O Ézaro, Olveira, Dumbría, Berdeogas y Buxantes— e incluidas todas en la Rede de Bibliotecas Públicas de Galicia (RBPG), insólito para un municipio rural que no llega a los 3.000 vecinos, como se publicó días atrás.
La cultura no suele dar votos, pero es «vital para a formación dos cidadáns», afirma Ana, orgullosa, sobre todo, de lo que han supuesto en el municipio las clases de educación secundaria para adultos: «Aí ves o que se pode axudar. En xaneiro ían 107 graduados. Empezaron sendo todos de Dumbría e nos últimos anos xa de Cee, Corcubión, Vimianzo, Carnota, Zas e incluso Laxe. Xente que logo consegue un traballo onde antes non podía, e a maioría mulleres que puideron acceder a un ciclo e de aí ao mundo laboral», sopesa.
El 15M de Dumbría, en el 98, fue muy anterior al movimiento social que después se conocería así. Aquella movilización por la ESO, que pilló a Ana ya en la universidad, supuso un antes y un después en las políticas culturales y educativas municipales. Transcurrido un cuarto de siglo, puede decirse que fue el principio de una mayor interacción entre parroquias y vecinos, el principio de un sentimiento de pertenencia y de orgullo de ser dumbriés. Con escolares disgregados hacia Mazaricos, Baíñas, Carnota o Cee, faltaba esa unión que puede irradiar un único centro de referencia, y en eso incide Casais para hablar de la importancia de generar «experiencias de convivencia», pero también de los cinco centros culturales que tiene el Concello: «E todos con actividades todos os días, levamos a cultura directamente a cada lugar, descentralizamos servizos».

No es cosa de una sola persona, quiere dejar claro: en cultura son cinco técnicos —junto a ella, Natalia Trillo, Paula Ayala, Almudena Quintáns e Iago Castro— y en deportes, tres, con mucha interrelación y sin los que «nada sería posible». Teatro, música tradicional, apoyo escolar, inglés, informática y formación en uso de móviles —se reveló vital en pandemia, cuando la actividad no se detuvo, sino que se trasladó a redes y telefonía—, manualidades, memoria, cocina... Incontables opciones, y todas con asistencia: «Non son actividades ornamentais: 60 persoas en manualidades, 50 en memoria, 120 en informática, cento e pico tamén en inglés e clases de apoio.... Temos edificios que concentran todo», indica Ana, quien ve desfasada esa idea de las bibliotecas como simples contenedores de libros. Deben ser espacios abiertos y de bullicio, que aporten valor al día a día, diversidad, como lo procuran ellos desde la informática para facilitar el acceso a lecturas digitales: «As nosas bibliotecas están vivas. Se alguén precisa silencio hai salas anexas», apunta.
Casi mil obras de variados géneros, con atención a las últimas novedades, entraron en las cinco que tienen tan solo el año pasado, subiendo el número total a casi 24.400. Procuran estar al tanto de las lecturas recomendadas por los colegios, una vía de ayudar a familias que tengan dificultades para hacerse con esos libros a mayores: «A do Ézaro é a biblioteca municipal e, as outras catro, axencias de lectura, pero tratámolas a todas igual en canto a calidade». Sostienen asimismo una red interna: si un vecino de Buxantes desea un libro que está en la de Olveiroa, al día siguiente lo tiene en su biblioteca, sin desplazamiento. Integrar la RBPG supone cumplir estrictos requisitos: catalogación, estadísticas, horario mínimo de apertura, superficie, espacios para actividades de dinamización o formación y, por supuesto, personal formado que atienda estas bibliotecas, con lo que ello supone de gasto.
En verano cambian la táctica y, en lugar de descentralizar, centralizan actividades en O Conco, para que niños y jóvenes de distintas parroquias, e incluso hijos o nietos de dumbrieses que residen fuera durante el curso escolar, se conozcan y unan. Habilitan para ello un servicio de transporte gratuito, y les va bien: si durante el curso son unos 70 alumnos en el CEIP de Santa Eulalia, donde solo se imparte hasta sexto de primaria, en verano rondan los 150-160 escolares para estas actividades. He ahí esas «experiencia de convivencia», como también lo son la Festa da Familia, la Festa da Praia, el Entroido o las fiestas de estío y Nadal. Dieciocho años, una mayoría de edad, es lo que lleva Ana viendo como estos niños crecen y encaran su futuro personal y profesionalmente: «Hoxe son mestres, avogados, médicos, farmacéuticos... Recordo con emoción unha rapaza que me dixo: 'Rematei o grao de mestra! Recordas aquela tarde no Conco na que eu che dicía que non quería estudar, que me daba igual en que traballar, e ti me soltaches un responso dos logos? Pois axudou'. Esa é unha das maiores satisfaccións que dá o desenvolver un traballo que che gusta, que lle aporta valor á vida dos teus veciños e que crea lazos con eles para sempre, porque os segues vendo cada día. Todo o mundo, nalgún momento, pasa polos servizos municipais, polas casas culturais», afirma Casais.

El Vákner se ha convertido en otro puntal de la política cultural en Dumbría. Está abierta, de manos del Concello y La Voz, la tercera convocatoria del certamen literario escolar Territorio Vákner y la segunda para adultos, este año con cuantías económicas en los premios: «Para os centros é unha forma de estimular a participación. A información entra nas casas a través dos nenos, e estou segura de que moitas familias souberon do Vákner por eles. Con respecto aos adultos queriamos dar un salto de calidade». Está convencida del potencial del Vákner, también como revulsivo turístico, desestacionalizando el Camiño valiéndose del turismo de leyendas o misterios. Hay un signo claro de que la escultura del Vákner, obra de Cándido Pazos instalada hace un año, tiene tirón: ya debería estar crecida la vegetación a su alrededor, pero son tantos los que se acercan al monstruo para fotografiarse con el que la tierra luce a sus pies lisa y yerma.
