La batalla por un diputado fantasma

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CRÓNICA

DUMBRÍA

15 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque no es oficial, el PP de Dumbría ya tiene candidato para las municipales: Antonio Santamaría González, un pequeño empresario, propietario de un taller mecánico en la localidad, con mucha experiencia ya en estas lides, porque fue concejal 12 años, antes del cambio por Ramiro Iglesias. Ayer tanto él como el partido a nivel provincial solo reconocieron que es el nuevo presidente de la gestora, pero parece más que claro que se tendrá que encargar también de liderar la candidatura. Así los conservadores evitan algo que no quería ni el propio alcalde, José Manuel Pequeño, que la lista socialista fuese la única por la que pudiesen optar los votantes dumbrieses.

Dada la situación de amplísimas mayorías absolutas encadenadas por Pequeño, prácticamente desde que se restauró la democracia, no sería descabellado aventurar que Santamaría lo tiene cuando menos difícil para alcanzar la alcaldía, con lo que esta aportación al Partido Popular hay que enmarcarla en otro contexto, el de la lucha por arrebatarle a las fuerzas progresistas el gobierno de la Deputación da Coruña. Para ese objetivo todos los votos cuentan y, dado que el alcalde de Vimianzo, Manuel Antelo, ya aseguró que su grupo no volverá a las filas del BNG y concurrirán como Adiante Vimianzo, la posibilidad de quitarle el diputado provincial a los nacionalistas está ahí. El PP necesitaría darle un vuelco importante a sus últimos resultados en Soneira y Fisterra, pero podría conseguirlo. Así, en lugar de que los representantes de la zona en el pleno provincial fuesen un socialista y uno del Bloque -Pequeño y el alcalde de Zas, Manuel Muíño, en este caso- serían uno del PSOE, porque eso prácticamente todos lo dan por hecho, y el otro del Partido Popular.

Ahora bien, todo eso son poco más o menos que las cuentas de la lechera, porque lo más seguro, así al menos lo creen quienes en estos momentos están más pendientes de la estrategia política provincial, es que no haya tal segundo diputado de la zona. La caída poblacional no solo acarrea pérdida de servicios y la ruina económica y social, sino que también se traduce en falta de representatividad política y hay muchísimas posibilidades de que la zona no tenga más que un representante en la Deputación el año que viene.

Con ese panorama, o mucho se tienen que torcer las cosas en feudos claves como Muxía, Camariñas, Dumbría y, en menor medida Corcubión, Fisterra, Cee y Vimianzo, o el ansiado diputado provincial saldrá de las filas socialistas.

En definitiva, son todo cábalas dentro de una maquinaria electoral que ya está claramente en marcha, pero que podría quedarse en la lucha por un puesto fantasma.