«Botei ao neno a unha tajea para que non o atropelase un camión»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

DUMBRÍA

Ana Garcia

En Buxantes, Dumbría, llevan años pidiendo una parada más segura para los niños

13 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si la vuelta al cole es ya de por sí agridulce, para los padres de la pequeña parroquia de Buxantes (Dumbría), cada día de colegio es poco menos que una odisea.

Hay cuatro niños en edad escolar que cada día son acompañados por sus padres hasta la parada de autobús para acudir al CEIP Santa Eulalia de Dumbría. Para llegar, explica Lucía Castiñeira, la madre de tres de ellos, han de cruzar una peligrosa y concurrida carretera llena de curvas, sin señalización alguna y por la que diariamente pasan vehículos de gran tonelaje y a altas velocidades. Hay una marquesina colocada en plena carretera general, pero no se utiliza, así que han de cruzar de un lado a otro de la vía para dejarlos en una calzada secundaria justo en frente.

Ana Garcia

«Acaba de empezar o cole e xa levei o primeiro susto da tempada. Levei aos rapaces no coche e no cruce, no que non hai visibilidade ningunha [hay una gran parra tapando la visión], houbo de collerme outro coche. Metín as mans á cabeza e pensei: ‘¡Ai, mamá!’. Menos mal que conseguiu frear a tempo», explica Lucía Castiñeira, y añade que su lucha por lograr una parada con más seguridad se remonta a hace más de siete años.

A través de la ANPA lograron estos padres ponerse en contacto con la jefatura territorial, e incluso presentaron varias alternativas para colocar el nuevo punto de recogida para los pequeños. En esta tarea colaboró el alcalde de la localidad, José Manuel Pequeño, que «puxo un aparellador, sacou fotos á parada actual e aos lugares onde nós propoñiamos colocar a nova», incide Castiñeira. En todo caso, las solicitudes de los padres fueron siempre denegadas.

«Agora son catro nenos os afectados, pero hai máis que veñen atrás e que seguirán sufrindo o mesmo», señala la madre, que desconfía que, detrás de las constantes negativas por parte de la consellería, podría haber una motivación política.

«Cada día tememos pola vida dos nosos nenos, e isto non pode seguir así. Nunha ocasión, xa hai un tempo, tiven que tirar a un dos meus xemelgos a unha tajea para que non o atropelara un camión», reitera Lucía Castiñeira, que seguirá peleando para que les concedan, a ella y al resto de padres de la parroquia dumbriesa, un lugar más adecuado en el que dejar a los niños para que les recoja el transporte escolar.