Con la presidencia provincial de José Manuel Pequeño se quitan una espina clavada desde el verano del 2016
16 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los socialistas de la Costa da Morte -al menos el núcleo duro, los que pueden poner gobiernos y votos sobre la mesa frente a los que reclaman no se sabe muy bien qué renovación- apostaron y perdieron. La mano, sobre todo, del hoy defenestrado Besteiro les dejó sin la presidencia de la Deputación da Coruña, para el alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño. Pero siguieron, mejor o peor aguantaron, y con eso se han presentado en el congreso provincial de este fin de semana, que, en contra de muchos anteriores, no se midió por el número de cadáveres que iban quedando en la cuneta. Un congreso en el que se han sacado la espina clavada desde aquel verano del 2016 en el que se quedaron compuestos y sin presidencia de la Deputación. Y se la han sacado no por la inclusión de personas en los puestos orgánicos, en los que están José Rafael Mato Pet, María Torres, José Antonio Viña, Eladio Verdía, Margarita Lamela o Juan Carlos Canosa, porque con 47 cargos, casi 20 más que en la dirección anterior, se hizo sitio para prácticamente todo aquel que quería estar, o al que quisieron poner, que no siempre es lo mismo. De hecho en los lugares relevantes solo aparece la cercedense Begoña Rodríguez Rumbo, como vicesecretaria de Economía y Emprego. Tampoco hubo grandes sorpresas porque, generalmente, los que tienen verdadero peso político y capacidad de decisión dentro del partido no son precisamente los que más dan la cara en los cargos orgánicos que, como señalaba ayer uno de los veteranos, para lo que más sirven es «para quitarche tempo».
El verdadero logro para los socialistas de la comarca, especialmente para los de la parte sur, la otrora todopoderosa Costa Atlántica, está, como no, otra vez en Pequeño. Es su bandera por muchas cosas: experiencia, visibilidad de los logros dumbrieses,... pero, sobre todo, por resultados, porque encadena mayorías absolutas de récord desde que se presenta a las elecciones hace ya más de 30 años. De ahí que situarlo en la presidencia provincial del partido, con todo lo que el cargo pueda tener de honorífico, supone para estos socialistas de la zona un reconocimiento de dignidad, de que siguen pintando en el partido, en el que siempre, incluso en los tiempos más duras, han llevado a gala ser un poco la reserva indoblegable frente a las oleadas de dominio del PP extendidas por toda Galicia.
Ahora bien, que nadie se lleve a engaño porque quedan todavía muchas tensiones, sobre todo generacionales, por resolver y aunque públicamente estos días todo sean felicitaciones a los que aparecen figurando en los organigramas y paños calientes para los que querían estar y no están, falta mucho que hilvanar y coser hacia la concordia real.