O Ézaro necesita ya una ordenación de los chiringuitos para no destrozar su encanto

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. Lado CEE / LA VOZ

DUMBRÍA

JORGE PARRI

La falta de financiación tiene atascada la segunda fase de la pasarela que debe garantizar el acceso universal

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La afluencia de visitantes que, como dice el alcalde, José Manuel Pequeño, ha hecho de la cascada de O Ézaro una «referencia do país» a nivel turístico, también ha traído consigo una importante actividad económica en forma de puestos comerciales, de artesanía, comida y bebida, instalados prácticamente al pie de la atractiva desembocadura del Xallas.

Ese éxito y el lógico beneficio a nivel de empleo tiene también su cara negativa, que se está empezando a ver en forma de una ocupación del espacio un tanto anárquica. Aunque algunos profesionales se han preocupado en elaborar sus casetas en cierta consonancia con el entorno, empleando madera y otros materiales similares, todo ello convive con remolques de vehículos, puestos de plástico serigrafiados con los llamativos letreros de las marcas comerciales y todo tipo de disfunciones. Pese a que en estos momentos la situación todavía no llega al punto de ser alarmante, sí marca un camino nada deseado, que amenaza que convertir uno de los principales atractivos naturales de la Costa da Morte en un mercado persa sin demasiado orden.

En el Concello no les es ajena esta realidad y, según explicó ayer el regidor, le están dando vueltas a una idea, que todavía no tienen perfilada del todo, pero que va, inexorablemente, en el sentido de darle una unidad y una armonía estética a los chiringuitos. A partir de ahí, toda vez que los puestos estén integrados, optarían a gestionar su concesión junto a la Demarcación de Costas, titular de buena parte del espacio.

Por otra parte, el Concello, en convenio con la Deputación, y tal como publica el BOP de ayer, acaba de sacar a contratación la primera fase de la nueva pasarela de acceso a la cascada, con un presupuesto de 299.562 euros. Sin embargo, por el momento, la segunda y definitiva, continúa sin financiación. Pequeño dice que está pendiente de informar por parte del GALP, aunque no entiende muy bien por qué, a no ser que se deba a que «teñen medo a gastar os cartos todos con nós», porque resulta evidente «todo o que se está facendo no Ézaro crea actividade e ofrece alternativas xa que non se pode pescar». Él lo ve como «un proxecto fundamental» para el conjunto, pero tiene que seguir esperando.

La importancia de esta actuación radica en que actualmente la cascada no es accesible para todos, hay que sortear unas escaleras para llegar, y a que los visitantes tienen que convivir con la actividad industrial de la central.