«Todo o que mercamos facémolo aquí»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

ANA GARCÍA

Cinco empresarios asentados en el polígono carballés de Bértoa hablan sobre las instalaciones y sobre sus negocios

28 nov 2024 . Actualizado a las 22:20 h.

Lois Pose es de Valenza, Coristanco, donde nació hace 42 años, y desde febrero del actual tiene junto a la entrada del polígono la empresa de cocinas Cuka (adaptación del cook, cocinar, inglés). Ahí se ven las cocinas que fabrican en Ponteceso, uniendo las tres puntas de una comarca, Bergantiños, que se traslada a sus modelos, más vinculados a la tierra y a las necesidades de cada cliente.  

Pose está contento por haberse asentado en Carballo, a donde le llegan clientes de toda la zona. «Este é un polígono moi bo, que ten de todo. E nós, todo o que mercamos, mercámolo aquí. Imos ás tendas e ás empresas que están aquí», señala. «O balance que fago de estar aquí é moi positivo. Chegan clientes de Bergantiños, ata da Coruña, e a maioría son de Carballo», comenta. En cuanto a su trabajo, se ocupan de la cocina de una manera integral, con todos sus elementos. Y que cada vez es un espacio más apreciado: «A xente cada vez gasta máis nas cociñas, porque é a alma da casa. Queren ter boa calidade, bo servizo. Creo que incluso notouse máis sobre todo dende a pandemia, como penso que tamén agora gusta máis cociñar ca antes». Tanto es así que incluso para las segundas cocinas, esas que tienen algunas casas grandes, también se va a la calidad. 

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«Hay mucho trabajo y hace falta personal»  

Carpintería Gómez es ya un veterano en el polígono, donde ha tenido dos ubicaciones, aunque la empresa lo es más, desde que fue fundada en 1989 en A Brea. Cocinas, armarios, puertas, suelos... de todo. «Tan importante es para nosotros el pequeño cliente como el grande», apunta Carlos Gómez, el gerente. Desde montar una nave a cortar un tablero para una estantería de casa, de todo hacen. Tienen clientes de toda la provincia, incluso de puntos como Ferrol, pero también llegan a la de Pontevedra. Viviendas unifamiliares, reformas en general, particulares que solicitan intervenciones más o menos sencillas... Su día a día es intenso y muy variado. Y así desde siempre. «Hay mucho trabajo, y a nosotros, como a otros, también nos hace falta personal», explica Gómez. Son seis personas en la empresa y necesitan, al menos, uno carpintero más. «No hay manera, ni de prácticas, ya ni currículos dejan. Yo hace ocho meses que busco uno. No se ven futuras generaciones de carpinteros, y eso que el volumen de actividad es muy alto, con reformas, con obras nuevas», lamenta. Ya se planifica a meses vista, aunque muchos clientes piden que sea para ya.

Carlos Gómez destaca la calidad del polígono industrial. «Le hace falta ya la ampliación, porque casi todo está edificado. Los que se quieren trasladar ya no pueden», indica.

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«A peaxe da AG-55 é un problema»   

Garaysa, la empresa de montajes eléctricos que fundó y dirige Pablo Echegaray, ha cumplido ya los 25 años en el polígono de Carballo, así que es otro de los testigos directos de su evolución. Cree que el crecimiento de los últimos años ha sido muy grande, y se reafirma, como en todo este tiempo, en que «a peaxe da autoestrada AG-55 é un problema grande, ao final do ano son moitos miles de euros, e ademais é das poucas zonas de Galicia nas que se paga. Habería que tomar medidas». Los viajes a A Coruña son diarios, para su personal y para el de tantas empresas. Puestos a reivindicar mejoras, cree que una guardería sería muy útil en el polígono, necesario para la conciliación de tantos trabajadores, «é algo de primeira necesidade», afirma».

En cuanto a su empresa, en los últimos tiempos trabaja sobre todo fuera de Galicia, algo que ya ha ocurrido desde siempre, pero que ahora es más habitual, ya que la paralización de numerosos parques eólicos en toda la Comunidade también le ha afectado. En Lugo, por ejemplo, tenía ya todo adquirido para un proyecto de renovables de envergadura, que finalmente se ha suspendido. Es pesimista sobre el futuro de estas inversiones, ya que al final, aunque sean autorizadas en los recursos por el Supremo, el tiempo de construirlas habrá pasado, perjudicando a Galicia.

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«Vexo un polígono cada vez máis forte»   

Una de las grandes empresas de transporte de Galicia está en el polígono de Carballo. Moncho Rama es la cara visible de Transportes Hermanos Rama Rodríguez, con una flota de 56 camiones que diariamente atraviesan España, con mucho trabajo en el Levante, y llevando y trayendo material para empresas y multinacionales muy destacadas y conocidas. Y de todo, prácticamente de todo. Mucho pescado desde Galicia, por ejemplo. La empresa carballesa se creó en 1981 y no ha parado de crecer, como el polígono en el que se asienta. «Eu vexo un polígono cada vez máis forte. E que está ben posicionado. Eu traballo aquí case dende o principio», explica. Claro que, puestos a pedir, y como empresa de transporte que es, le gustaría tener un acceso más directo a la autopista, tenerla justo al lado, sin enlace, como ocurre en muchos de España. Sus camiones, además, se mueven mucho por la zona, entre Carballo y A Laracha. También le gustaría que hubiese una báscula, porque habitualmente tienen que usar la de una nave del parque. Valora positivamente que se haya habilitado una zona de aparcamientos para camiones, y también que se haya incrementado la seguridad. Hace un tiempo, la suya fue una de las empresas afectadas por los robos de gasóleo. En ese sentido, cree que ahora esos problemas se han solucionado.

Ana Garcia

«O salto de calidade foi enorme»   

Juan Fernández Cancela conoce muy bien el polígono de Carballo. Su abuelo, José Fernández, fue uno de los socios fundadores. La empresa Bodegas Carballo, creada en 1954, llegó a la primera fase en 1992, de la mano de su padre, y Juan es la tercera generación.

Lleva unos veinte años en la directiva de la comunidad de propietarios. «O polígono mellorou moitísimo, o salto de calidade foi enorme. Sobre todo, cando chegaron os descontos da segunda fase, con moita venda. E coa asunción polo Concello dos viais, e cando integramos as dúas áreas nunha directiva. Cando chegue a terceira xa teremos un xerente, persoal, xestión profesional... Isto cambiou moito», explica.

También lo ha hecho el sector en el que trabaja y que conoce desde niño, con clientes por toda la zona. Cree que la pandemia ha sido un punto de inflexión: «Os grandes distribuidores están agrupándose. Ademais, houbo moitos peches de locais de hostalería, e os horarios xa non son os que eran. Non hai o consumo nin hábitos que había, o mundo nocturno desapareceu. E ata o das ceas, moi limitado, ou o de ir tomar algo en grupos ao acabar de traballar. Tamén o da alimentación, con outras propostas. Creo que o cambio é tremendo», señala, así que los especialistas en bebidas, como es su caso, se adaptan a una nueva realidad.