Los concellos refuerzan las cautelas para proteger los caminos en las talas de montes

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

ANA GARCÍA

Cabana y Coristanco acaban de actualizar una ordenanza para dar más capacidad inspectora y sancionadora si hay destrozos por los maderistas

04 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Varios concellos de la Costa da Morte tienen ordenanzas que regulan y sancionan a las empresas maderistas en caso de que durante su trabajo dañen gravemente los caminos públicos u otros bienes, ya que han de reponerse con cargo a los fondos públicos. Pero algunas se han quedado obsoletas y los gobiernos locales han decidido actualizarlas, reforzando la capacidad inspectora y sancionadora. En Coristanco, por ejemplo, tenían una normativa aprobada hace veinte años justo, más o menos como Cabana, y ambos acaban de aprobar la nueva ordenanza. Ponteceso lo hizo hace cerca de tres años. Los objetivos son comunes, y hay diferencias de matiz.

Por ejemplo, en las sanciones. Cabana puede multar entre 600 y 750 euros las infracciones leves; hasta 1.500, las graves, y hasta tres mil euros, las muy graves. Estas últimas son, por ejemplo, negarse a realizar los trabajos para que pistas, caminos y espacios públicos utilizados se mantengan en perfecto estado de conservación y limpieza cuando acabe la tala, tras el requerimiento municipal. O usando pistas por las que se les hubiera prohibido el paso, además de dejar esas vías como un peligro para la circulación viaria.

Grave es no dejar el depósito o aval cuando es requerido, ni hacer la comunicación previa de los trabajos, no aportar documentación, ocultar datos, dejar los caminos en un estado deficiente... La normativa, en el caso de Cabana, está particularmente detallada. Incluso con los avales o fianzas para poder trabajar: 2.700 euros en vehículos de menos de 16 toneladas, y de 4.200 si son de más peso.

3.000 €: Multas: Son las más altas en Cabana o Coristanco (y en otro), con daños graves a las vías públicas. 4.200 €

4.200 €: Avales. El máximo en Cabana y Coristanco, pero llega a los 6.000 euros en Ponteceso. En Muxía, por ejemplo, donde la normativa tiene ya casi ocho años, es de 500 euros. En general, los objetivos coinciden en unos y otros, pero con los años se han ido realizando adaptaciones. 

Las normas fijan excepciones para las cortas de uso doméstico

 

Una normativa tan exigente sobre la tala y saca de madera, ¿a quién afecta? Desde luego, a las empresas maderistas, pero no son las únicas que acuden al monte a cortar pinos o eucaliptos. En Cabana, todos están sujetos: «Todas as operacións que dean lugar á saca de madeira: ás previas á corta (desprazamento de vehículos, maquinaria, preparación de terreos de acceso) e as posteriores (preparación, depósito, carga e transporte)». En Coristanco, sin embargo, hay excepciones. No están vinculados las siguientes: «Todas as actividades de saca de madeira para uso doméstico de menos de 20 metros cúbicos; podas ou talas puntuais (árbores tiradas), e as talas que teñan por finalidade a eliminación dunha situación de perigo para as persoas ou bens».

En Ponteceso, a su vez, dejan exentas las talas puntuales de árboles aislados, podas en plantaciones forestales, clareo de rebrotes de cepa de menos de tres años, desbroce y limpieza de predios y montes, y talas que tengan por finalidad los aprovechamientos para uso doméstico de hasta cinco toneladas, o la eliminación de una situación de peligro para personas o bienes.