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Coristanco lo intenta con el lúpulo, ahora en convencional

p. blanco / l. garcía CARBALLO / LA VOZ

AGRICULTURA

José Manuel Casal

EFA Fonteboa y Lutega tienen en marcha una Finca Escola

14 jul 2020 . Actualizado a las 10:39 h.

Reconocido como un cultivo bueno y de calidad, el lúpulo, elemento básico de la cerveza, tuvo su tiempo de esplendor en Galicia: sirva de ejemplo la comarca de As Mariñas. En la Costa da Morte, hubo un intento en Ponteceso, pero no llegó a fructificar y, por lo demás, es Coristanco el municipio que viene centrando la atención en esta materia de un tiempo a esta parte. Existe desde el 2014 la denominada Finca Escola do Lúpulo, una parcela de unos mil metros cuadrados que a muchos llama la atención, al borde de la vía que une San Roque con San Paio, por permitir ver toda una estructura de postes y cableados para estas plantas «trepadoras» que alcanzan una altura considerable. Es un proyecto de la EFA Fonteboa, en colaboración con la cooperativa Lutega, como ayer recordaba Luis García en Voces do Agro, programa de RadioVoz Bergantiños.

Exige seguimiento, mantenimiento e instalación y de ello dio cuenta José Gil, docente en Fonteboa y responsable del proyecto. Contó que este año están obteniendo mejores resultados, porque no solo han cambiado de variedad, de la Perle a la Nugget, sino también de método. Lo probaron primero de forma ecológica, pero ahora se han pasado al convencional, y están bastante satisfechos. La Perle es la que se usa como base para la cerveza 1906 de Estrella Galicia y, la Nugget, para la convencional. La primera no se daba muy bien a la zona: sensible a las heladas, casi un mes de retraso con respecto al cultivo de Mabegondo... Allí, en el Centro de Investigacións Agrarias (CIAM), también se sigue ahondando en la planta. Explicaba Gil que la inversión ronda los 12.000-15.000 euros por hectárea y que Lutega trabaja para bajar los costes de la instalación. El objetivo de la Finca Escola do Lúpulo es demostrar que puede ser un cultivo rentable y además, por su época de trabajo, combinable con otros quehaceres en el agro. Se investiga, también, la viabilidad de nabos, coliflor o repollo en el centro de las líneas. Y parece que funciona. La idea es que algún alumno tome esta posibilidad como alternativa de futuro.

Desde la cooperativa Lutega, Belén Matilla habló de cómo el lúpulo es para ella recuerdo de su infancia, ligada a Betanzos. Explicó también la formación de la cooperativa, después de que Hijos de Rivera decidiese hacer una cerveza con ingredientes gallegos. Ahondó en que quizás la inversión en infraestructura y maquinaria para la fase final del cultivo sea el motivo que explique, en parte, que se haya abandonado está práctica en la comunidad. También el cierre de la factoría de Betanzos, donde se secaba el producto de pequeños productores. Ahora, se espera por la viabilidad de estos nuevos proyectos.