Estudiantes de Ponteceso y Coristanco entran en la carrera espacial con CanSat

La Voz

CORISTANCO

Ana Garcia

El concurso de la Agencia Espacial Europea consiste en la fabricación de un satélite

12 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta el 21 de marzo, los equipos del instituto Eduardo Pondal de Ponteceso y del colegio Alcalde Xosé Pichel de Coristanco estarán centrados en encontrar los mejores sistemas para sus respectivos satélites. No los pondrán en órbita ni los mandarán al espacio, pero los mil metros de los que tendrán que partir según las bases del concurso son suficientes como para que necesiten toda la ayuda posible.

Los de Ponteceso presentaron ayer en la Fundación Pondal su proyecto. Fue en el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, a pesar de que en este grupo la mayoría son varones y también para apoyar las aulas científicas que promueve la entidad.

Están centrados ahora en el diseño del paracaídas que deberá permitir que el satélite baje desde los mil metros de partida con la lentitud suficiente para que los sensores que debe llevar tomen los datos necesarios. Es fundamental elegir bien el diseño y los materiales para ganar el concurso, que consiste en lanzar, por el medio que se quiera, uno o varios satélites que deberán tener la forma y el tamaño de una lata de refresco.

En Coristanco están precisamente con esa parte. Todavía no saben si la fabricarán de plástico o de qué material. Cada uno de los contendientes de la Costa da Morte en la carrera espacial tiene sus propias preocupaciones.

Otros 15 grupos de alumnos de ESO de toda Galicia participan en la competición a nivel autonómico. Todos tendrán que demostrar sus conocimientos e ingenio en el aeródromo de As Rozas en Lugo y el ganador se medirá con contrincantes de toda España en Granada.

Simulación

Los estudiantes, en realidad, estarán simulando un satélite, aunque tendrá que funcionar como tal y mandar a un ordenador los datos que vaya obteniendo en su descenso. Habrá que valorar esos resultados y el aterrizaje tiene que ser lo suficientemente tranquilo como para que el aparato no sufra daños.

Así pues, los equipos tienen que pensar en muchas cosas para salir airosos, entre ellas pensar en cómo poder elevar el aparato del tamaño de una lata, por eso el término inglés can, seguido del sat de satélite.

Los docentes implicados coinciden en que los estudiantes están muy ilusionados con la iniciativa y señalan que se trata de una fórmula de aprendizaje que tiene un enorme éxito porque es muy motivadora.