Tercera Autonómica | Ambos equipos lograron cumplir objetivos de antaño
19 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.A Rocheira y As Redondas se convirtieron este domingo en una auténtica fiesta con cerca de un millar de aficionados entre ambos campos. Y no es para menos. Tanto el Coristanco como el Cabana llevaban años persiguiendo unos objetivos que este fin de semana quedaron saldados.
El Coristanco consiguió su primer título liguero al vencer al Camariñas por 4 a 1 a falta de dos jornadas para que termine la competición en Tercera Autonómica A Costa. En 40 años de trayectoria, solo tenía en la vitrina una Copa da Costa, lograda en la temporada 1986-1987. Los de Eloy Calvo están viviendo un mes de ensueño, luego de el pasado día 5 asegurar el ascenso directo y, a falta, todavía, de poder conseguir el último domingo de marzo su tercer objetivo: finalizar invictos. El único aspecto negativo, la baja del jugador Xuko, el segundo pichichi del conjunto, para los partidos restantes de liga y de la Copa da Costa por una rotura de fibras del recto abdominal. Se lesionó en el penúltimo choque disputado contra el Castrelo.
Por su parte, el Cabana consiguió clasificarse matemáticamente para el ascenso directo a la Liga da Costa al imponerse al Corcubión por 4 a 2, luego de en la pasada campaña promocionar y, en la anterior, quedarse a un punto de entrar en el play-off. Cabe recordar que se trata de un equipo habitual en Segunda, que incluso llegó a competir en Primera.
Coristanco-Camariñas (4-1)
Goles: 0-1, min 6: Francisco M. Oreiro. 1-1, min 9: Samuel Romero. 2-1, min 51: Marcos Corral. 3-1, min 68: Javier Bermúdez. 4-1, min 80: Samuel Romero.
En el caso de los coristanqueses, hicieron una primera parte igualada contra el Camariñas, y no fue hasta la reanudación cuando, aprovechando el bajón físico del rival, lograron ser superiores.
Cabana-Corcubión (4-2)
Goles: 1-0, min 24: Manuel Romero. 2-0, min 31: Aarón Casas. 3-0, min 39: Iván Mato. 3-1, min 49: Iago Lema. 4-1, min 72: Aarón Casas. 4-2, min 84: Augusto Cerviño.
Por su parte, a los cabaneses les costó meterse en el encuentro ante el Corcubión. Estaban muy nerviosos, mientras que el rival muy bien colocado en el campo. Pero, con el paso de los minutos, los de Pablo Rodríguez lograron asentarse y, con mucho corazón y juego colectivo, comenzaron a llegar con facilidad a la portería contraria.
Fue al regreso de los vestuarios cuando, pensando que ya estaba todo el pescado vendido, bajaron el ritmo y encajaron dos goles. Aun así, terminaron el choque sin pasar apuros.