Los problemas políticos de Coristanco

Gabriel Pérez Suárez

CORISTANCO

14 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Coristanco, un pueblo trabajador y laborioso donde los haya, una tierra ubérrima en la que, además de producir las patatas más ricas e Galicia, podría dar lo que sus gentes se propusieran.

No puede estar condenada «per se» al albur de unos personajes dispuestos a cabalgar sobre sus semejantes, aparejados con sillas para ser montados.

No, este gran pueblo necesita de personas insobornables, inteligentes y que estén dispuestas a sacrificarse en pro del auge social y económico de tan desamparada comarca.

Uno, leyendo lo publicado en La Voz sobre lo que sucede en el Ayuntamiento, saca en conclusión que el caciquismo sigue siendo el mal que impera en bastantes sitios de esta sufrida Galicia. ¡Así nos va!

La mentira

Los cantos de sirena que emiten los que sueñan con engañar a los confiados pueblos siguen vigentes como antaño. Por desgracia, nos parece que Coristanco lleva años sufriendo la ominosa plaga sin que surja el antídoto que la elimine. Ya decía el poeta: «La mentira arrastra a los pueblos y les despierta confianza».

A lo que ocurre en este municipio y, es nuestra opinión, se le puede aplicar aquello de que: «Dios los da, ellos se juntan y los negocios los dividen».

Intereses espúreos

Usamos este adagio porque nos parece, y no queremos ser mal pensados, que los «políticos» que optan a la alcaldía de Coristanco, a algunos por cierto ya le hizo callo la poltrona, y a otros que fueron sus acólitos no los mueven las necesidades del municipio, sino que su empeño, su enorme ambición, no son más que intereses espúreos y partidarios que nada tienen con los problemas que arrastra la comarca.

Quieren llegar al poder para, desde allí, practicar una política caciquil que les beneficie a ellos y a sus adláteres.

Esperemos que el pueblo coristanqués dé con el hombre que le lleve por buen camino y que haga oídos sordos a los «salvapatrias» que solo miran para su ombligo.