«En los 45 años que llevo aquí nunca he visto que fallase la cosecha de maíz»

Luis García / M. López CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

CEDIDA

El ingeniero Jesús Moreno habla del valor cultural de este producto, tan arraigado en Galicia

02 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante 45 años el ingeniero agrónomo Jesús Moreno González se dedicó a la investigación del campo, y en especial del maíz. Miembro del Centro de Investigación Agraria de Mabegondo (CIAM) durante buena parte de su carrera, Moreno es una de las voces más autorizadas del panorama actual. Aunque jubilado, sigue muy activo en el campo de la investigación e imparte, en la actualidad, una actividad formativa de estadística en el CIAM.

Jesús Moreno participó hace unos días en el programa semanal Voces do Agro, emitido en Radio Voz Bergantiños y conducido por Luis García, director del centro de formación rural EFA Fonteboa, de Coristanco.

-El maíz llega en el siglo XVII.

-Llega hacia el año 1620-1630, por los datos históricos que tenemos. Hubo historiadores de la Universidade de Santiago de Compostela que hicieron una revisión de dónde podría haber surgido y consultaron los registros que había en las parroquias. Un muy buen registro, porque entonces se pagaban diezmos y primicias a las iglesias, y ahí quedaba plasmado cómo era la cantidad de grano que se aportaba. Primeramente hubo ese «millo miúdo», que después fue sustituido por el maíz que vino de América y que, tras instalarse en el sur de la península, después se implantó también aquí, sobre todo en las rías, que eran los lugares más favorables para cultivar el maíz. Luego fue subiendo hacia arriba, cada vez hacia valles más altos. A finales del siglo XVII ya se cultivaba en toda Galicia.

-Es curioso cómo el maíz forma parte, desde entonces, de la cultura popular, pero también ha influido en la arquitectura. Es el caso de los hórreos.

-Dado que [la conservación del producto] era algo fundamental para la subsistencia del ganado, se guardaba sin desgranar, ya que desgranado tenía más posibilidades de coger humedad. Hay hórreos por toda Galicia, y además de gran tamaño, como el de Carnota o el de Lira.

-Es, dado este arraigo, muy importante que los escolares establezcan lazos con la tradición.

-Es que lleva ya prácticamente cuatro siglos introducido en Galicia y no ha desaparecido. Otros cultivos van y vienen, pero este se mantiene, y sin regadío. Habrá años mejores o peores, pero en los 45 años que llevo aquí nunca he visto que haya fallado la cosecha de maíz. Es una planta que se adapta bien a la escasez de agua, porque viene del trópico y se defiende bien del calor.

-Un papel importante en la expansión de este cultivo lo tuvieron las desaparecidas agencias de extensión agraria, en los 50.

-Hicieron una labor de divulgación muy buena de muchos cultivos, pero sobre todo del maíz. Ha habido planes de potenciación, pero lo más importante ha sido la introducción de semilla nueva. En el siglo XX, a partir de los años 50, se introducen los llamados híbridos de maíz, que producen bastante más que los tradicionales. En el centro de Mabegondo se dieron cuenta de que esas variedades tradicionales podían desaparecer del campo, así que se llevó a cabo una recolección masiva de esas variedades. Después de 40 años todavía se conservan en el banco de germoplasma de Mabegondo.

-¿Cuántas hay?

-Hay 700 variedades vivas, aproximadamente, que se multiplican cada diez años para no perder el poder germinativo. Este poder, si el maíz no se conserva en condiciones frías (temperaturas de unos 3 grados y una humedad relativa de un 50%), se perdería en 2 o 3 años. De este modo se mantiene 10 o 12 años sin perderlo. Y pasado ese tiempo hay que multiplicarlas.

-Importantísima labor.

-Es un patrimonio genético muy importante el que allí se conserva. Hay muchos genes escondidos en esas variedades y hay que sacarlos a flote. Eso ha centrado una parte de nuestros estudios hasta el momento. El agricultor, durante estos 400 años, ha hecho una selección natural, e incluso artificial, escogiendo los mejores para cada región o para cada tipo de producción. En el banco de germoplasma no solo se guarda, sino que también se estudia.

-¿Cómo se integra el maíz en la rotación de cultivos?

-Ha sido esencial en la rotación de cultivos intensivos y extensivos en Galicia. Era el cultivo de verano por excelencia, junto con la patata y la judía. Y el de invierno podía ser nabo, centeno, trigo... Se ha integrado muy bien; en Bergantiños, por ejemplo, con las alubias. El maíz necesita nitrógeno, las fabas se lo dan; y las alubias necesitan un tutor, porque son trepadoras. Una asociación perfecta entre dos cultivos.