El depósito ilegal de residuos en montes o caminos aún se mantiene en numerosos lugares
25 abr 2018 . Actualizado a las 12:51 h.En el verano del 2015, la Consellería de Medio Ambiente comenzó a colocar carteles muy disuasorios en numerosas curvas abandonadas de la AC-552. Unos lugares de muy fácil acceso al lado de la carretera que habitualmente eran usados por los amigos de abandonar residuos donde no deben. Citando la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados, se recuerda a quien pudiera interesar que el vertido de residuos puede ser sancionado con hasta 1.750.000 euros, en caso de residuos peligrosos. Algunos electrodomésticos o disolventes ya lo son.
Sea porque en estos tres años ha crecido la conciencia ambiental en la zona, o por la amenaza de la multa, el caso es que ahora esas vías se ven siempre limpias y expeditas, como se puede comprobar parando en cualquiera de ellas entre Cee y Coristanco. Esos espacios de tranquilidad son ahora utilizados sobre todo por viajantes que aprovechan para descansar, cisternas que trasvasan unas a otras, remolques estacionados o grúas de las empleadas en las talas que aguardan a que llegue la tractora. También crece la maleza.
Al menos en estos puntos se libran de neveras o restos de escombros, pero el problema persiste en otros muchos puntos, aunque más ocultos. Esta misma semana, la portavoz del PSOE de Vimianzo, Paula Mouzo, denunciaba la existencia de una escombrera a pocos metros de la capilla de Castrobuxán, en Calo. Restos de obra e incluso neumáticos, otro clásico.
Hace unos días se detectaba un vertido importante de azulejos, posiblemente de baño, cerca del río de Xestosa, en Dumbría, a unos metros de una hermosa cascada cuyo acceso es muy difícil. Desde luego, bastante más que trasladarlos a algunos de los diversos puntos limpios de la comarca.
Además de las sanciones autonómicas y estatales, varios concellos de la zona tienen sus propias ordenanzas con multas por tirar basura. Pero en muy raras ocasiones se cumplen.